Ramón Jáuregui, en la escalinata de acceso a la sede de su Ministerio. :: ALBERTO FERRERAS
ESPAÑA

«La lógica dice que Rubalcaba debe ser el líder del PSOE tanto si es presidente del Gobierno como jefe la oposición»

«El PSOE ya ha sufrido el castigo. Muchos se van a pensar si conviene que el PP acumule tanto poder» Ramón Jáuregui Ministro de la Presidencia

MADRID. Actualizado: Guardar
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Ramón Jáuregui niega estar decepcionado por no ser portavoz del Gobierno y ve lógico que lo sea José Blanco por su complicidad con José Luis Rodríguez Zapatero. Apuesta por unir en Alfredo Pérez Rubalcaba la figura de líder del PSOE con la de presidente del Gobierno o líder de la oposición si pierde las elecciones. Unos comicios que, admite, serán difíciles para su partido.

-¿El presidente está de salida?

-El presidente ejerce y va a acabar la legislatura.

-¿En marzo?

-Lo normal es agotar. Las tormentas financieras necesitan que España mantenga su programa de reformas y no aconseja la inestabilidad que acompaña a los procesos electorales.

-Pero la última remodelación de Gobierno huele a adelanto...

-Es una decisión que corresponde al presidente, pero todos los nombramientos tienen la lógica de continuar con el equipo que tenía.

-En todo caso, no ha buscado ganar impulso.

-No se trataba de impulso sino de sustituir a un vicepresidente, ministro del Interior y portavoz.

-¿Y por qué hay muchos socialistas que creen que habrá elecciones en noviembre?

-Especular es libre, pero eso no tiene más fundamento que ver pros y contras de una fecha electoral.

-¿Qué justificaría unas elecciones anticipadas?

-Los Presupuestos serán una clave. Una mayoría que asegure su aprobación asegurará que las elecciones sean en marzo.

-El aliado clave es el PNV.

-Es el más fiable. Con ellos y UPN y CC tenemos mayoría absoluta.

- Pagando una factura alta.

-El PNV juega sus bazas en la política española y aprovecha las posibilidades de mayoría que tiene en la gobernación española. Hasta ahora los pactos que hemos hecho son razonables. El PNV ha actuado con responsabilidad y sentido común. Cuando pacta el PP con CIU o PNV parece que no se rompe nada, si lo hace el Gobierno parece que se rompe España. Muchos de esos acuerdos tendría que haberlos hecho el PP con nosotros.

-¿En septiembre estarán aprobadas todas las reformas?

-No. El miércoles nos reunimos con los grupos parlamentarios para tratar la ley concursal que será aprobada, y eso corriendo mucho, a fin de septiembre. Pero quedan la ley de igualdad de trato, la de muerte digna, la de telecomunicaciones, la del transporte terrestre, la de mediación, la de jurisdicción social, la de contratos de distribución... Hay unos 25 proyectos que no terminaremos antes del 31 de diciembre.

-Volviendo a la remodelación del Gobierno, su nombre estaba en todas las quinielas para ser portavoz. ¿Desengañado?

-No, porque nunca especulo con nombramientos que no me corresponden. Estoy seguro de que José Blanco lo va a hacer muy bien.

-Zapatero habló de la confianza en Blanco.

-Esa puede ser una de la claves, la complicidad personal adorna sus relaciones. Llevan juntos 12 años.

Bicefalia

-Ahora que Rubalcaba se centra en la candidatura, ¿cómo van a evitar los problemas de la bicefalia?

-Los papeles están bien repartidos. El presidente ejerce sus responsabilidades y Rubalcaba elabora el proyecto del candidato con coherencia con lo que ha hecho mientras gobernaba y con un discurso que tiene que ser en parte nuevo, actualizado.

-¿Va a ser posible homogeneizar el discurso electoral del partido y el institucional de un Gobierno que habla a los mercados?

-Rubalcaba está contemplando propuestas para una economía que va a evolucionar. Sus iniciativas tienen que ser coherentes con la acción del Gobierno pero no miméticas. Estamos hablando de un tiempo nuevo. Hay que reconocer el derecho y el deber de un aspirante a hacer un proyecto de cuatro años sobre un cuadro macroeconómico que se espera diferente al que sufrimos.

-¿Zapatero consultará con él la fecha de las elecciones?

-La decisión es del presidente. Pero no sería absurdo que lo haga.

-¿El PSOE va a pagar un precio muy alto por el «cueste lo que me cueste» del presidente?

-Ya lo hemos pagado el 22 de mayo. Hay un mapa azul del poder territorial, pero muchos se van a pensar la inconveniencia de que un solo partido acumule tanto poder. Probablemente, la fase de castigo la hemos sufrido ya. La gente está aprendiendo que la dimensión de la crisis es inédita, y que, con todo, Zapatero está manteniendo el barco a flote. Va perdiendo fuerza la idea absurda de que el cambio de Gobierno es la panacea de nuestros males. No hay razón para confiar en el PP que se ha comportado de forma irresponsable.

-¿Qué necesidad tiene Rubalcaba de decir que no aspira a una derrota digna? ¿Le traicionó el subconsciente?

-Esa es una interpretación malévola. Rubalcaba busca la victoria. Tenemos la firme convicción de que es el mejor candidato y el más fiable. Nuestra aspiración es ganar aunque es difícil.

-¿Está en también en la lógica de la candidatura de Rubalcaba que sea el futuro líder del PSOE?

-Sí, pero eso corresponde al congreso del PSOE del verano que viene. Nuestra elección del candidato lo es con todas las consecuencias. Cumplir 60 años no impide a nadie seguir haciendo política.

-¿Ni ser líder de la oposición?

-Ni ser líder de la oposición. Aquí ha habido una fiebre juvenalia que tampoco tiene lógica. Los tiempos que vivimos son tan inciertos que la ciudadanía puede apreciar más que nunca la solvencia, la experiencia y la fiabilidad de los candidatos.

-¿Pero usted ve a Rubalcaba como secretario general del PSOE?

-La lógica es que se vuelva a una sola cabeza: presidente del Gobierno y secretario general o jefe de la oposición y secretario general.

-¿El 'caso Faisán' será un lastre para el candidato?

-No lo es. Rubalcaba y Zapatero son los autores de la derrota de ETA y el 'caso Faisán' es un asunto colateral. No puedo comprender que personas que son víctimas de ETA puedan ser acusados de colaboración con la banda. Me parece absurdo y espero que la apelación que se presentará revocará la decisión.