Buena salud bancaria
El test de estrés confirma la necesidad de avanzar en la vía de la reestructuración
Actualizado: GuardarEspaña ha obtenido cinco de los ocho suspensos de las pruebas de resistencia a la banca europea, según los resultados publicados ayer por la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Son cuatro pequeñas cajas y el Banco Pastor, que, junto a dos bancos griegos y un austriaco, no han alcanzado el mínimo del 5% requerido de 'core tier 1' (capital de máxima resistencia) y necesitan un capital adicional total de 2.500 millones de euros. Para interpretar este resultado, hay que tener en cuenta que España, a diferencia del resto de países de la UE, ha sometido a las pruebas a la práctica totalidad de su sistema financiero (el 95%), mientras la media europea se sitúa en el 60%. Además, los grandes bancos españoles están en un puesto destacado mientras 16 entidades de otros países obtienen apenas un aprobado raspado. La transparencia del sistema financiero es un requisito indispensable para la recuperación de la confianza de los inversores y del pulso económico mundial. Después de los primeros test de estrés, que fueron incapaces de prever la insolvencia de algunos bancos irlandeses, la EBA ha endurecido los criterios, ahora muy asimétricos y probablemente injustos, que han perjudicado la valoración de algunos bancos bien dotados (alemanes y españoles, particularmente) y no han penalizado a otros en peores condiciones. En cualquier caso, parece que la Unión ha conseguido dotarse de un sistema eficaz de supervisión y control que servirá de acicate a la entidades bancarias y de garantía a los usuarios. Estos resultados confirman que el sistema bancario español goza de buena salud -pese a la endeblez de una parte del conjunto de las cajas de ahorros- y que se debe estimular la continuidad de la reestructuración en marcha. Avanzar en las reformas emprendidas es el requisito indispensable para que pueda comenzar a pensarse en la recuperación del crédito y la normalización del sistema financiero español, dañado por los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria. En esta vía, las sucesivas salidas a Bolsa de las cajas deberán realizarse en las mejores condiciones de capitalización y liquidez posibles para no frustrar expectativas ni sembrar todavía más confusión en un modelo bancario que debe culminar cuanto antes los planes abiertos de reconversión.