Pérez Rodríguez
CÁDIZ Actualizado: GuardarNo soy muy partidario de los cambios de nombres en calles y edificios. Comprendo lo de Alonso el Sabio por Pelota, lo de Prim por Compañía y hasta lo de Queipo de Llano por Sagasta y Generalísimo Franco por Mina. Tampoco veo muy claro que la Fábrica de Tabacos sea Palacio de Congresos, que el Oratorio de San Felipe Neri devenga Memorial de las Libertades o que Valcárcel (Rodríguez de Valcárcel, gobernador y falangista) sea hotel o casa del pueblo okupada. En esto de los cambios estoy con La Codorniz de los tiempos del franquismo y la dictablanda. ¿Qué la calle se llama del General Pérez? ¿Qué éste es adicto al Régimen?: calle del insigne Pérez, del magnánimo Pérez, del ilustre Pérez o de Pérez el magnífico. ¿Que cambia la tortilla? Pues el canalla de Pérez, el sinvergüenza de Pérez, el mangante de Pérez o el corrupto de Pérez. Pero siempre Pérez.
Comprendo también, por ejemplo, que devolver el antiguo nombre a esa calle que va desde la Alameda a la Plaza de España traería problemas con Correos y Telégrafos: calle del Cuartel de Infantería de Marina y garita de la escalerilla. Pero la solución no es poner a Fermín Salvochea como sustituto del Obispo Pérez Rodríguez (entre otras cosas porque éste fue anterior al Caudillo y no se le puede tachar de franquista.) ¡Ay la memoria histórica! Bueno, lo que quería decir es que el tal prelado nunca se avergonzó de sus apellidos. Veremos lo que sucede cuando haya que poner una calle al Ex Erre punto zapatero o al Futuro (Dios, Rajoy y los peperos no lo quieran) Pe punto Rubalcaba.
Ni Pérez, ni Rodríguez.