De Shanghai a El Puerto

Una mirada vacía en un rostro sensual. Un pan con jamón y un huevo de codorniz. Y 20 millones de chinos poniendo los ojos ante las dos únicas obras andaluzas de la I Bienal Internacional de Acuarela de Zhujiaojiao (Shanghai). Ambas obras, firmadas por Javier Oña (Sevilla, 1955), presiden ahora la sala de exposiciones de la Casa Grande de Vistahermosa, dando la bienvenida a una colección de unos veinte de sus mejores cuadros, entre acuarelas, acrílicos y óleos.

La exposición de Shanghai no es cualquier cosa. Se trata, con toda probabilidad, de la mayor exposición de acuarelas de la historia, y en ella han tomado parte unos 240 artistas de talla mundial, pero el mérito se multiplica al saber que Oña es el único andaluz que participó en la muestra, acompañando a otros dos españoles.

Dentro podemos ver obras de toda clase, desde la ternura de 'Pucheritos en el Buzo' hasta el casi fotográfico 'NYC', unidas por un estilo inconfundible que hace de las manchas de color un todo lleno de detalle y sentido, y en el que podemos encontrar ecos de la composición Hopper, del volumen de Miguel Ángel o del trazo de los impresionistas franceses, como él mismo reconoce.

A pesar de haber expuesto en una muestra de acuarelas, Oña reconoce que ahora tiende más por el acrílico y el óleo. «Dan más fuerza a la obra», dice, y no hace falta que lo señale. El abrasivo 'El horno global', en acrílico, casi quema con solo verlo.

A la inauguración de la exposición, el pasado miércoles, asistieron unas 200 personas y en solo una noche se vendieron cuatro de los lienzos. Uno de ellos, 'Eva', impresiona por su enorme tamaño, pero también por su intensa mirada. Una mirada puesta que parece ir más allá del observador. Quizá hasta California, su próxima cita, invitado por la Asociación Norteamericana de Acuarela para octubre.