BARBACOAS E INERCIA
Actualizado: GuardarComentábamos el otro día que el no haber obtenido la bandera azul en la playa Victoria no la desmerecía en absoluto y que, a pesar de su degradación, sin duda política, seguía y sigue siendo una de las mejores playas de España. Pero, por otra parte, no entiendo cómo no leemos el mensaje subliminal y nos empeñamos en mantener algo que ni es tradicional ni representa nada para la ciudad. La noche de las barbacoas, que ya no son barbacoas ni nada que se le parezca, es un empeño que no entendemos ni yo, ni la mayoría de los gaditanos. No soy contrario al uso de la playa para celebraciones lúdicas y populares porque, al fin y al cabo, la playa es de los ciudadanos diga Costas lo que diga. En muchas ciudades se celebran fiestas en la playa y no pasa nada (las hogueras de San Juan en Alicante, el entierro de la sardina en Cantabria, etc.). Aquí, se concibió esa noche como una vigilia playera con motivo del Trofeo Carranza, pero ahora que el trofeo se celebra los primeros días de agosto, no tiene ninguna justificación. Lo que comenzó siendo una fiesta familiar se ha convertido en un macrobotellón donde se permite el consumo de alcohol sin freno. Si queremos utilizar la playa, hagámoslo, pero con algo que no sea lo que se hace ahora. No creo que se mejore mucho la cosa acotando un módulo más y reduciendo el espacio. Se podría haber aprovechado esta ocasión para transformar esa celebración en algo más digno y que fuera un atractivo real para gaditanos y foráneos. Fórmulas hay, pero es más fácil agachar la cabeza, mirar a otro lado, y seguir con esa inercia que en nada nos beneficia. En fin, una pena, otra oportunidad perdida.