La Escuela de Relaciones Laborales echará el cierre en 2012 tras medio siglo de historia
El patronato apunta a la crisis y al descenso de matriculaciones, tras la puesta en marcha de Turismo en la UCA, como las principales causas
JEREZ. Actualizado: GuardarCrónica de una muerte anunciada. Es el título de una conocida novela de Gabriel García Márquez y podría haber servido perfectamente para titular esta información. Se trata de otra mala noticia para Jerez, en este caso el anuncio del cierre de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales, Trabajo Social y Turismo. No será inmediato, sino en septiembre de 2012, para así garantizar la finalización de los estudios a los alumnos. Así, al menos, lo anunció ayer Cajasol, como propietaria y gestora del centro, justificando la decisión en los malos resultados económicos.
Es un triste final para una institución que cuenta con medio siglo de historia en Jerez. Aunque tampoco pilla por sorpresa a casi nadie, ni tan siquiera a los propios trabajadores, con quienes Cajasol ha llegado a un acuerdo. Éstos, de hecho, llevaban meses protagonizando protestas y movilizaciones para evitar un cierre que al final se va a producir y unos despidos que también se llevarán a cabo, aunque con unas condiciones pactadas y ventajosas, dentro de la situación, para todos los empleados.
El anuncio lo realizó Cajasol ayer por la mañana a través de un comunicado. En el mismo señalaba que, tras varios meses de negociaciones, en la noche del pasado lunes se cerraba el acuerdo por el que la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales, Trabajo Social y Turismo de Jerez «procederá al cese de su actividad docente». Y explicaba que, finalmente, «la crítica situación productiva y organizativa en la que se encuentra sumida la escuela ha provocado que trabajadores y patronato llegaran a este acuerdo, que garantiza las mejores condiciones para los empleados y empleadas del centro, así como para su alumnado».
Causas
En el escrito profundizaba más sobre las causas que han provocado esta decisión. Así, por ejemplo, se refería a que en los últimos años, y tras comenzar a impartir la propia Universidad de Cádiz (UCA) la Diplomatura en Turismo, «la demanda real del centro había descendido considerablemente, hasta el punto de que el pasado curso se registraron en el centro de Jerez un 92% menos de matriculas con respecto al curso 2005-2006», año en el que comenzó a impartirse los estudios en la Universidad de Cádiz.
Apuntaba al respecto que, de este modo, «la existencia de una oferta pública y semigratuita había hecho que se resintiera notablemente el número de alumnos que optaban por cursar sus estudios en este centro».
También señala directamente a la entrada en vigor de la nueva normativa sobre Ordenación de las Enseñanzas Universitarias Oficiales, que conlleva consigo la implantación de los nuevos títulos universitarios de Grado, Máster y Doctorado, lo que «ha provocado que las universidades y escuelas universitarias no hayan podido ofertar plazas de nuevo ingreso para las antiguas titulaciones de diplomados». Y es que, por esa razón, el presente curso la escuela universitaria jerezana ha podido impartir únicamente segundo y tercero de las diplomaturas de Relaciones Laborales, Trabajo Social y Turismo, «de modo que el curso próximo -el 2011-2012- será el último en el que se puedan impartir las actuales diplomaturas». A su finalización será, precisamente, cuando desaparecerá definitivamente la actividad docente.
Concluye afirmando que el acuerdo ha garantizado tanto la finalización de los planes de estudio que actualmente se encuentran en vigor como «la aplicación de las mejores condiciones laborales para los trabajadores», que recibirán una indemnización de 55 días por año de servicio, con un máximo de 51 mensualidades.
Los trabajadores
El presidente del comité de empresa, Juan Trigo, reconocía ayer que este cierre «era algo que se veía venir, aunque siempre quedaba la esperanza de encontrar una solución mejor, pero es lo menos malo dentro de lo malo».
El representante de los trabajadores añadía que siempre han luchado por la viabilidad del proyecto, «pero la única solución que quedaba ya era negociar el cierre, y hacerlo con las mejores condiciones posibles, como así ha sido».
Eso sí, Trigo guarda todavía algún reproche a los titulares del centro: «Alegan que se están perdiendo titulaciones, pero nosotros ya dijimos que no quisieron subirse al carro de los grados; ellos mimos lo han dejado morir, por lo tanto».
Explica que la medida afecta a 78 empleados. Un grupo reducido dejará de trabajar en septiembre de este mismo año, mientras que el grueso lo hará ya en el mismo mes del año que viene, una vez que concluya el último curso. «Luego quedará un retén de personas durante unos meses para el traslado de titulaciones a la universidad y otras cuestiones administrativas», apostilla.
Sin embargo, no ha existido unanimidad en el comité a la hora de firmar el acuerdo con los titulares del centro. Uno de sus cinco miembros, Carlos Chernichero, aseguraba ayer a LA VOZ que ha sido el único que se ha negado a sellar el mismo. No lo ha hecho por no estar de acuerdo y acusa a otros compañeros de «negociar a espaldas del resto», aunque declinaba realizar más declaraciones de momento. «Lo haré más adelante, porque ahora mismo estoy demasiado caliente y no quiero decir algo de lo que me pueda arrepentir», concluía tajante Chernichero.