Zapatero, durante la sesión parlamentaria de ayer. :: A. COMAS / REUTERS
ESPAÑA

Rajoy ya trata a Zapatero como mero «presidente en funciones»

El jefe del Ejecutivo exige al líder opositor «respeto institucional a los tiempos y las formas» para generar confianza en España

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Es raro que José Luis Rodríguez Zapatero pierda el temple, pero ayer ocurrió. Mariano Rajoy le tocó la fibra sensible al referirse a él como «presidente en funciones» de un «Gobierno provisional». Fue durante una pregunta parlamentaria en la sesión de control que, en realidad, versó sobre lo de siempre: «Así -dijo el líder de la oposición- es imposible salir de la crisis». El jefe del Ejecutivo saltó como un resorte. «Le pido que aporten confianza y le tengo que exigir que respete los tiempos y las formas; no hay un presidente ni un Gobierno en funciones, sino con todas las facultades constitucionales».

La inestabilidad de los mercados de deuda, que una semana más han vuelto a colocar a España al borde del abismo, marcó tanto la intervención de Zapatero como la de Rajoy. El líder de la oposición puso en duda la veracidad de las previsiones del Gobierno, que apuntan a un crecimiento continuado de la economía hasta final de año. No un crecimiento, admitió el presidente del Gobierno, que permita cantar victoria y dar los problemas por superados, pero sí suficiente para considerar que «abre las puertas a una creación de empleo nítido».

Rajoy negó la mayor. «Si usted pregunta a los españoles la mayoría le van a decir que están fastidiados o muy fastidiados -dijo- y yo le digo que la economía no crece». Según el presidente del PP, los indicadores sintéticos -avances realizados por el Ministerio de Economía que no tienen carácter público- anuncian una ralentización para el segundo semestre del año. Y todo es consecuencia, recriminó, de la gestión del Ejecutivo.

El candidato popular a la Presidencia del Gobierno no solo no respaldó el reproche lanzado el martes por Zapatero a la canciller alemana, Angela Merkel, a la que hizo responsable del último ataque de los especuladores, fundamentalmente, sobre Italia y España, por haber abierto el debate sobre la participación del sector privado en los rescates sin tener claro cómo cerrarlo. «Usted vuelve a echar la culpa de todo lo que pasa a los demás», afeó el líder de la oposición. «Lo que hay que hacer es hacer los deberes en casa y así no afectaran tanto los problemas de fuera».

En todo caso el eje de su discurso fue el que también utilizó en la misma sesión la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que el Gobierno socialista ya está «desacreditado» y «agotado» y «a estas alturas hacer recomendaciones tiene poco sentido» porque lo único que puede arreglar la situación es un cambio del Ejecutivo o, dicho de otro modo, la convocatoria de elecciones generales adelantadas.

Difícil contexto

Zapatero admitió que el contexto económico es «difícil», pero insistió en que la escalada que ha llevado estos días a la prima de riesgo sobre la deuda española a cifras alarmantes, en torno a los 350 puntos básicos, no se explica por un problema de España; «lo que no quiere decir -matizó- que España no tenga problemas económicos».

El presidente del Gobierno ya defendió el lunes, tras un encuentro con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que en el fondo de las turbulencias están las incertidumbres sobre la respuesta de los países de la zona euro a la crítica situación de Grecia; un problema que, a su juicio, se vio agravado por la discusión planteada por los países «más poderosos» sobre el modo de financiar el segundo rescate. Pero ayer también subrayó que «es un hecho que nosotros debemos perseverar con las reformas emprendidas».