El libretista colaboró en periódicos como 'ABC'. :: L.V.
Sociedad

Pluma y batuta en la Universidad

La UCA dedica un seminario al estudio de la ópera 'La vida breve', un homenaje al poeta en el centenario de su muerte La obra común de Fernández Shaw y Manuel de Falla, protagonista de los Cursos de Verano

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La 62 edición de los Cursos de Verano de la UCA continúa sus actividades en el edificio Constitución 1812, antiguo aulario La Bomba. Ayer, música y literatura se dieron cita en la conferencia 'El feliz encuentro de dos gaditanos: La vida breve de Manuel de Falla', Una conferencia en la que se rindió homenaje a las figuras de Manuel de Falla y Carlos Fernández Shaw, músico y poeta de origen local que compartieron inquietudes creativas. «Desde el curso intentamos luchar por esa ruptura de barreras entre música y literatura, por la relación del conocimiento. Esta es la idea del teatro musical, y la que inculcamos en el alumnado», resaltó Víctor Sánchez Sánchez, coordinador del seminario junto a Marcelino Díez Martínez que añadió: «Dentro de la creativa teatral, Fernández Shaw y Manuel de Falla son dos elementos integradores de una misma realidad». Una unión que produjo frutos exquisitos dentro del panorama lírico de principios de siglo XX. La encargada de presentar el tema frente al alumnado adscrito al seminario fue Elena Torres Clemente, profesora titular de la Universidad Complutense de Madrid y experta en el teatro español.

La ponente explicó a su auditorio cómo esta simbiosis creativa tiene su origen en la nostalgia de la tierra natal. «Carlos siempre tuvo muy presente la ciudad de Cádiz», señaló María Fernández Shaw, bisnieta del autor. «Un nexo común que adquirió más protagonismo cuando los dos se vieron obligados a sentir esa melancolía por la tierra natal», destacó la experta. Este factor y la amistad entre sus familias culminó en 'La vida breve', sin duda el éxtasis profesional de ambos autores. La puesta en escena de esta obra supone la única ópera de Manuel de Falla. Gracias a esta fértil amistad el músico alcanzó el éxito. Antes de este encuentro, en 1904, Carlos Fernández Shaw ya era un libretista de prestigio. Ya había firmado 'La Revoltosa', su más célebre zarzuela cuyo cuadernillo compuso con José López Silva. Sin embargo, paradojas de la vida, un joven Manuel de Falla llevaba años aporreando las puertas de los teatros de Madrid entre partituras sordas que no terminaban de encontrar sentido. Cuadernillos que necesitaban letras que emanaran sentimientos y emociones.

En esta situación de angustia es cuando aparece en escena Fernández Shaw. El libretista llega a interceder por el músico ante diferentes empresas dramaturgas. Pero este choque de talentos encierra además otras causas, ambos creadores tenían un mismo «credo estético», tal y como apuntó en su intervención Torres Clemente. Falla y Fernández Shaw perseguían unos objetivos estéticos de naturaleza similar. Deseaban renovar la escena española con su batuta y pluma, anhelaban aportar algo nuevo en el panorama operístico. Pero lo que sin duda marcó sus pretensiones artísticas fue la melancolía hacia su cuna. Cádiz funcionó como fuente de inspiración de ambos inventores. «En sus obras hay continuas alusiones al paisaje andaluz y escenas costumbristas», expuso la profesora de la Universidad Complutense de Madrid. En 'La vida breve' recrean las manifestaciones del pueblo, ya sea el habla, en el caso de Shaw, o las melodías populares desde la perspectiva de Falla.

A todo ello hay que añadirle una complicidad especial en el proceso creativo. Estos dos iluminados tenían un método de trabajo similar. Utilizaban cuadernillos donde anotaban ideas tomadas del mundo circundante. Un ritual similar que dio frutos exquisitos para el oído de los amantes de la música lírica. No obstante, el tiempo y el olvido no han sido justos con la figura del dramaturgo gaditano Carlos Fernández Shaw. Esta es otra de las reivindicaciones del curso. «Para la familia es un honor que en su ciudad natal se busque desde este seminario el valor literario, poético y musical de nuestro antepasado», culminó María Fernández Shaw, bisnieta del poeta. En definitiva, relaciones personales y profesionales que conforman el legado cultural gaditano.