PAN PARA HOY

RUINAS

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Aunque se relaciona el verano con una estación tranquila, diseñada para aparcar los sustos y los sobresaltos del resto del año, hay que reconocer que, desde esa supuesta calma, el verano nunca deja de sorprendernos con sus embistes que, en ocasiones, son plagas o maldiciones. Nunca faltó una noticia que sembrara la inquietud; los mejillones cebra del año dos mil siete, ¿recuerdan? Yo llegué a poner protección en puertas y ventanas, porque se suponía que iban a remontar el Ebro y conquistarían la península con su voracidad y capacidad reproductiva. Ya pasó. Siempre estarán los clásicos: incendios en Valencia y Galicia; intoxicaciones por salmonella; no pasar de cuartos en un mundial -prueba superada-; o el amago de sequía que reabre los debates de los trasvases y el riego de los campos de golf. El contratiempo de este año creo que ya ha salido a subasta y están pujando con alegría las portadas de los diarios. Me atrevo a decir que es la posible ruina de España, porque en crisis ya estábamos, eso no nos pilla de sorpresa, pero ahora, por lo visto, podríamos entrar en un paquete de viaje organizado junto a Grecia y Portugal bajo el lema: «Visite las ruinas europeas: Grecia y su larga tradición; Portugal, una ruina por descubrir; España, la ruina mejor maquillada de Europa». Claro, los europeos de la Europa rica se creían que aquí todos ganábamos lo mismo que Nadal y Alonso, que son los que salen en la tele. Les teníamos engañados hasta ahora que se ha descubierto el pastel. Fíjense que mal debemos estar que el mismísimo Rajoy ha tenido que salir a decir que somos solventes, en lugar de aprovechar la circunstancia para apuntillar la era Zapatero. Por cierto, éste último ha pedido sopitas a la tía Merkel, que se tire unas moneditas al aire para sus pobrecitos sobrinos. ¿Y nosotros, los ciudadanos de chancla y riñonera, qué podemos hacer? Poca cosa, a lo sumo, si en pleno arrebato de conciencia patria vemos a una cuadrilla de alemanes comiendo en el mismo chiringuito, les podríamos sugerir, siempre desde el respeto, que se paguen algo. Pasen buen día.