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El interventor y el tesorero se opusieron al desvío de los fondos
La investigación desvela que un total de 7,6 millones de los Planes E y la Ciudad del Flamenco se usaron para pagar nóminas y a proveedores
JEREZ. Actualizado: GuardarLos desfases de tesorería que ha detectado el actual gobierno local tras la auditoría interna realizada al estado de las arcas municipales suman un total de 7,6 millones de euros que ya no están en las cuentas restringidas donde los ingresó en su momento la Administración central como parte de los pagos de la convocatoria 2010 de los Planes E anticrisis y como subvención para las obras de la Ciudad del Flamenco.
En concreto, y según los datos que se han podido recabar en estas últimas semanas, se retiraron un total de 5,2 millones de euros de los Fondos Estatales de Financiación Local y 2,4 de la partida para las obras del complejo cultural.
Esta información la hicieron pública ayer el primer teniente de alcaldesa, Antonio Saldaña, y el delegado de Economía, Enrique Espinosa, tras la investigación realizada en el Ayuntamiento que ha desvelado que los desvíos de fondos de esas cuentas se realizaron mayoritariamente para abonar nóminas de la plantilla municipal, y también para hacer frente a algunos pagos a proveedores.
En total, se han detectado hasta una decena de movimientos de salida de fondos de las cuentas que se produjeron entre septiembre de 2010 y mayo de 2011 para pagar unos diez millones de euros en nóminas a la plantilla municipal y 1,7 millones a proveedores, cantidades de las que solo se repuso una pequeña parte hasta situar el desfase en los 7,6 millones de euros que faltan en estos momentos.
La desaparición de estos fondos afecta además de a la Ciudad del Flamenco a 14 proyectos que se están realizando en la ciudad como parte de los planes anticrisis, entre ellos la nueva Comisaría en los terrenos de la antigua cárcel, los claustros de Santo Domingo, el centro de interpretación del río Guadalete o el Museo de Lola Flores, por mencionar solo algunos.
Y lo grave de estos datos, que como destacó Espinosa «han sido facilitados y validados por la Tesorería Municipal», es que como se puso ayer de relieve este uso de los fondos se realizó sin ningún informe favorable de los técnicos y con los reparos del interventor y el tesorero municipales.
No en vano, como insistió el delegado de Economía, las anomalías que se han detectado suponen que se han utilizado fondos «finalistas» depositados en cuentas «restringidas» para pagos «distintos a los que correspondían».
Pese a todo, y aunque uno de los pasos que van a dar desde el ejecutivo local es enviar estos datos a la asesoría jurídica del Consistorio para que califique los hechos y se decida en su caso si es oportuno ponerlos a disposición judicial, ni Espinosa ni Saldaña quisieron hacer sangre respecto a las responsabilidades en torno a esta cuestión. De hecho, no quisieron entrar a valorar en ningún momento las consecuencias judiciales que puede tener este desvío de fondos, y se limitaron a afirmar que «será lo que tenga que ser».
Tampoco quisieron apuntar directamente a la exregidora, Pilar Sánchez, cuando hablaron de que estos traspasos de dinero se hicieron con la firma del «máximo responsable», aunque es obvio que la rúbrica que autorizaba este trámite era la suya.
Y es que el primer teniente de alcaldesa dejó claro ayer que la principal línea de actuación y la prioridad del ejecutivo local es poner estos hechos en conocimiento del Ministerio de Política Territorial, que es el que concede los fondos de los planes anticrisis, para tratar de negociar una prórroga y pedir flexibilidad para que el gobierno local pueda encontrar una financiación especial y terminar los trabajos, algunos de los cuales están ya al 90% de ejecución, aunque otros no se han empezado.
Tal como puso de relieve hoy Saldaña, la clave está en poder terminar las obras y «no crear un doble problema a la ciudad», ya que de no culminarse el Ayuntamiento tendría que devolver el importe total de la inversión que suma 16,5 millones de euros.
A este respecto, ayer indicaron que estos desfases no han afectado por el momento al ritmo de las obras (el Museo de Lola Flores no se ha iniciado por un problema legal), que deben estar terminadas a finales de año, ni han provocado por el momento impagos, aunque «a partir de ahora van a empezar».