Rupert Murdoch lee en el coche a su llegada a Londres el último número de 'News of the World'. :: REUTERS
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Reino Unido critica el adiós sin disculpas de 'News of the World'

Downing Street recibe a los familiares de la menor asesinada a la que el rotativo borró mensajes de su móvil

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, atenderá hoy en Downing Street a la madre y la hermana de Milly Dowler, la niña de 14 años cuyo teléfono fue intervenido por el dominical 'News of The World' ('NoW') horas después de su desaparición en 2002. El autor de los pinchazos escuchó y borró mensajes del buzón de voz de la escolar a medida que los días transcurrían y la investigación policial seguía sin dar frutos. El contestador volvía a aceptar mensajes, dando esperanzas a los padres de que su hija seguía viva, según ellos mismos explicaron en una entrevista publicada en el mismo tabloide. La pequeña había sido asesinada.

La perversa treta del periódico se desveló la semana pasada y generó una enorme revulsión en el público, los anunciantes y la clase política. La reacción más inmediata fue el cierre del sensacionalista tabloide, que ayer salió a la calle por última vez con una escueta disculpa a sus lectores entre una extensa cobertura de aparentes éxitos informativos en sus 168 años de trayectoria.

Cuando el teléfono de Milly Dowler fue interceptado, dirigía el dominical Rebekah Wade -cambió después su apellido por Brooks al casarse-, actual consejera delegada de News International, división británica del imperio mediático de Rupert Murdoch. Brooks sigue en su puesto, apoyada por el magnate y su hijo James Murdoch, mientras crece la presión por su dimisión. «No tiro a los inocentes bajo el autobús», dijo el octogenario presidente de News Corporation antes de viajar ayer a Londres.

Votación en el Parlamento

Los delitos de del periódico han puesto en peligro el imperio Murdoch. El líder laborista, Ed Miliband, va a forzar una votación en el Parlamento de Westminster esta semana para retrasar o suspender los planes de absorción total de News Corp en la compañía de televisión BSkyB. La decisión que tome la Cámara no es necesariamente vinculante pero servirá para reflejar el ánimo popular hacia un grupo que ha tolerado o cerrado los ojos a los excesos de sus empleados y directivos. La estrategia de Miliband pone también contra las cuerdas al primer ministro, David Cameron, que se resiste a intervenir para frenar el último intento de expansión de Murdoch en Reino Unido.

Scotland Yard está en el ojo del huracán por su ineficacia y desidia en la investigación de las escuchas ilegales desde que fueron detectadas en 2005. El subcomisionado John Yates se disculpó ayer por no reanudar las pesquisas cuando, cuatro años más tarde, se descubrieron nuevas víctimas. Yates dio el carpetazo al caso sin revisar ninguna de las 11.000 páginas llenas de pistas y datos incriminatorios que fueron confiscados a un detective privado que trabajaba para el tabloide.

El escándalo incluye además alusiones sobre pagos del rotativo a la Policía de hasta 120.000 euros en un año. Ambas vertientes se investigan desde el pasado enero por un equipo diferente de Scotland Yard. El Gobierno, por su parte, pondrá en marcha dos encuestas independientes para llegar al fondo de la verdad y desenmarañar las relaciones entre la prensa, los agentes y los políticos.