Flick Flock: amor en el Falla
La obra dirigida por Susana Alcón cautiva al público con impresionantes coreografías
JEREZ. Actualizado: GuardarA pesar del tiempo que hace que conocemos a Cádiz y a su gente, no nos deja de sorprender, porque es una ciudad en constante evolución. La vida bulle allí, debido a que el gaditano tiene esa idiosincrasia, vive su ciudad y hace vivirla a todo el que la visita, incitándolo a participar en sus eventos, los que no cesan de producirse dada su condición de capital.
Durante todos los años que pasamos en ella como estudiante, conocimos y disfrutamos mucho sus fiestas, sus calles, La Caleta, los bugíos, el barrio de La Viña... Es por lo que recordamos con cariño la forma que tiene el gaditano de ver la vida, la interpretación de las estaciones del año, para cada una de las cuales tiene un proceder y una actitud diferente. Ahora, por ejemplo, que es verano, el gaditano se vuelca en su mar -nunca mejor dicho- lo vive con tal intensidad que está prácticamente metido en él. La playa es cotidianamente el lugar de encuentro y reunión, desde el aperitivo al almuerzo o la siesta, la cita con la familia tras el trabajo, la partida vespertina de cartas o dominó con los amigos... Tal es así que a cualquier hora del día se les ve atravesando las calles con los bártulos a cuesta, de su casa a la playa o viceversa.
Actividades interpretativas
Uno piensa que dejan para el invierno otras actividades tan lúdicas y culturales como son las del Carnaval o la Semana Santa, pero qué va. Dada su condición teatrera Cádiz continúa en esta época del año con sus actividades interpretativas para las que se organizan los festivales de verano, tiempo en el que, ya sea al aire libre en el Pemán, en el Baluarte o en el mismísimo teatro Falla, la gente acude a ver a los artistas, tanto nacionales como internacionales, que dentro de su programación son contratados por la Delegación de Cultura. Por esta razón y, debido al atractivo que nos despertaba, el pasado domingo 19 de junio nos desplazamos a la trimilenaria ciudad para presenciar el espectáculo 'Flick Flock Danza' que se representaba en el Gran Teatro Falla.
Ya conocido por nosotros, Flick Flock aparecía pleno de variantes en sus puestas en escena, otros artistas e intérpretes, pero sobre todo, nuevas coreografías.
Con lleno hasta la bandera, Cádiz volvió a sorprendernos con su masiva presencia. Bien es verdad que era un cierre de curso, pero ni esa razón justificaba que el que esto escribe no consiguiera localidad y entrara por los pelos, gracias a la ayuda de Luz Gil, quien generosamente me proveyó de la entrada para poder acceder al Falla, y esto fue en el paraíso. Pero allí y con la testa a dos centímetros del techo contemplé uno de los espectáculos más bonitos que puedan verse en la provincia.
Coreografías
Si, como es de rigor, previamente el espectador lee el programa de mano de la obra, es fácil comprender las temáticas puestas en escena de las diferentes coreografías, las que, a pesar de la diversidad de cuerpos, se logra cautivar al público y emocionarlo debido al trabajo de su directora Susana Alcón, quien es capaz de lograr lo inimaginable.
Entre sus bailarines distinguimos distintas disfunciones y trastornos de patologías diversas, que ella sabe como nadie utilizar, integrándolos dentro de un nuevo lenguaje coreográfico, cuyo resultado provoca en el espectador un plácido y agradecido asombro, debido al ímprobo trabajo experimental de la autora, en el que observamos el interés que tiene en transformar las estereotipias, temblores, balismos, inclusive atetosis y tics en modos de expresión; superando limitaciones, desdeñando las fronteras y formas de exclusión en la práctica de las técnicas frecuentemente utilizadas en el mundo de la estética y de la plasticidad teatral.
Pero fue 'La llama Doble', obra de Octavio Paz, la que con su derroche de amor desencadenó un sentimiento de ternura en todos los que asistimos a este espectáculo en el Gran Teatro Falla de Cádiz.
Cómo a través de la enfermedad y los años, el tiempo nos vapulea tal si fuéramos hojas llevadas por el viento. Y, a pesar de que la vejez desfigura nuestro cuerpo e incluso nos hace padecer deteriorando el intelecto y el alma, el amor prevalece, siendo para el hombre la mejor de las respuestas que existen para enfrentarse a las disfunciones, las minusvalías, la decrepitud y la muerte.
El tiempo inexorable nos va haciendo claudicar, pero nosotros con el lenitivo del amor somos capaces de transformar las circunstancias, procurando que las tristezas se vuelvan alegrías, dulcificando las amarguras y con su magia hacer dichosas nuestras desdichas. En suma, cada vez que asistimos a una representación de 'Flick Flock', nos sentimos enternecidos y agradecidos a Susana Alcón por su labor.