«Me faltó solamente un cubatita para irme de cabeza a la fuente»

Quizá el nombre de Juan Manuel Braza Benítez no resulte familiar, pero si lo sustituimos por el de 'El Sheriff' la cosa cambia. Uno de los chirigoteros más reconocidos del Carnaval, primer premio en 1997 y 2006, tiene la gentileza de recibirnos en el bar 'El Montaíto', en plena barriada de El Loreto, para recordar uno de los días más importantes de la historia deportiva del país: la consecución del primer Mundial de futbol de España, que por estas fechas cumple casi un año.

Minutos antes de partir para pasar un día en la playa con su esposa Loli y sus dos hijas, Irene y Sara, Juan Manuel rememora satisfecho que la final la vivió prácticamente con las mismas personas que ahora le acompañan, además de con sus padres, muy futboleros y cadistas, y suegros. La más pequeña de la familia, Irene, se entusiasma al recordar lo que hicieron tras el gol de Iniesta y el pitido final del colegiado. «Nos pintamos la cara de rojo y amarillo, y yo también se la pinté a la gente que se bañaba en la fuente», dice riendo, una vez que ha superado la vergüenza de verse ante la cámara y el micrófono de LA VOZ. «Al principio me preguntaba si había una cabalgata», interviene entre carcajadas 'El Sheriff', que tiene que reconocer que estuvo a punto de remojarse también en el agua de la plazoleta Ingeniero la Cierva. «Me faltó solamente un cubatita para irme yo también de cabeza a la fuente».

La hija mayor de Juan Manuel, Sara Braza, destaca el gran ambiente que se vivió en El Loreto durante todo el día de la final. «Desde mucho tiempo antes ya estábamos todos en el bar con las caras pintadas», y menciona que le sorprendieron las banderas y las decenas de coches que invadieron la ciudad «tocando los pitos durante toda la noche».

Quizá queriendo imitar la carrera de Navas que inició la jugada del gol más relevante de la historia futbolística de España, Cádiz se echó a la calle en una noche de verano que fue más larga de lo normal. Desde el barrio de El Loreto, la familia Braza no fue una excepción y se unió a la riada de españoles que, por fin, vieron cumplido el sueño de ver a 'La Roja' como campeona del mundo.