un año del mundial

¿Qué hiciste cuando marcó Iniesta?

Los alumnos del Campus La Salle de Chiclana explican sus sensaciones en la final del pasado Mundial Casi un año después de que Casillas levantara la Copa del Mundo, estos pequeños recuerdan cómo lo vivieron

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Dicen que los pequeños sonríen porque ignoran los problemas de su alrededor. Algo así le pasó a este país hace casi un año. Pero en este caso, la ignorancia fue tolerada. Los problemas no se fueron, se aparcaron, se dejaron en doble fila.

El país cogía aire, se dio un respiro. Ya no solo eran niños los que reían. Jóvenes, adultos y ancianos. Todo español con sangre en las venas saltó del sillón cuando el portero holandés vio pasar el balón por su derecha. Y es que ya todo daba igual, había que disfrutar de ese instante. Estábamos ante un momento inolvidable, irrepetible, fugaz en el tiempo pero eterno en la memoria.

Y es que era la final de un Mundial, y jugaba España. El país entero quedó paralizado, lleno de balcones engalanados. Por un mes no existiría ni la izquierda ni la derecha, íbamos todos a una,más que nunca, la unión hizo la fuerza.

El más viejo de la casa nunca vio nada igual. Y el joven, desde luego, tampoco. Son las sensaciones de este último las que queremos destacar. Para ello LAVOZ ha podido charlar con varios niños que participan en la V Edición del Campus La Salle de Chiclana que tiene lugar durante esta semana en los campos de fútbol del Novo Santi Petri.

Germán, por ejemplo, tiene nueve años y asegura que sufrió «mucho durante el partido sobre, todo al final». Para verlo se reunieron en el bar de su tío «en la playa de La Barrosa», y como buen aficionado, «me pinté la cara entera con los colores de España».

Uno de los jóvenes futbolistas que participan en este campus es Ale Varela, hijo del excadista Alejandro Varela, ahora concejal de Deportes del Ayuntamiendo gaditano. Ale vio la final en Alicante con su familia. «La viví con mucha alegría, fue algo increíble», cuenta con entusiasmo el chaval.

La euforia en casa de Carla fue tal que la alegría pudo acabar en un pequeño disgusto. Cuando marcó Iniesta «nos pusimos todos a saltar en el sofá, con tan mala suerte que mi hermanastro se cayó al suelo». Carla no dudo en pintarse la cara con «la estrella dorada» que más tarde luciría en la chamarra de la roja.

Para María del Carmen «ver a Casillas levantar la Copa del Mundo fue como un sueño cumplido». Lucas ,en cambio, celebró la victoria de una forma peculiar «nos tiramos todos desde el balcón a la piscina», gracias a dios, el chaval vive en un primero...

Nino vio el partido «en dos pantallas» con los suyos en el club de Las Redes de El Puerto. «Me pinté el cuerpo entero con los colores de España». No cabe duda de que este joven lo vivió con especial emoción, pues como él cuenta «lloré de emoción cuando Casillas levantó la Copa del Mundo».

Por otro lado, José Manuel lo pasó fatal cuando Robben encaró a Casillas, «creí que era gol y dimos un salto para celebrar la parada». «Mi padre predijo que Iniesta sería el hombre del partido» , y cuando éste marcó «salí gritando a la calle a celebrarlo». Edu, por otro lado, festejó la victoria «dando vueltas por toda la casa como un loco».

Hoy ya hace un año de todo esto, lo niños siguen igual, sonriendo. A los mayores ya se les pasó el efecto, muchos andan 'indignados', otros buscando la felicidad. Los niños la tienen, por lo que debemos aprender de ellos.