MILENIO

EXTASIADA ANDALUCÍA

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Lo afirma una 'garganta profunda' del PP: «Rubalcaba está obligado a revelar el próximo sábado su candidatura a la presidencia del Gobierno». En el Sur, hasta la fecha de hoy, el líder Griñán no sabe, no contesta, pero quizás sepa más de los que algunos insidiosos rivales pretender poner en circulación. Lo cierto es que esta sociedad nuestra está rodeada por el Noveno de Caballería y por la agencia de calificación Moody!s, que acaba de igualar la deuda soberana de Portugal al nivel de cotización de los llamados 'bonos basuras'. Sólo nos queda que Su Santidad el Para prohíba los llamados 'rosarios de la aurora'. Tendría que volver el padre Peyton y ex comulgar a esos financieros sin entrañas. Aunque los portugueses, sencillamente, ya pasan.

Por lo demás, la siempre extasiada Andalucía insiste en una cuestión menor a tenor de lo que nos rodea y amenaza. La declaración de la renta del líder conservador Arenas Bocanegra. Los socialistas insisten pero con mayor voluntad que pasión: desde hace cinco trienios tiene prometido el citado populista Arenas la presentación pública de tal declaración. Algo así como las memorias privadas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre. Conviene recordar que pertenecemos a un pueblo pasional y a un pasado de una dureza invasiva.

Menos mal que las divisiones de Izquierda Unida están distraídas con la formación del gobierno inminente de la casi siempre olvidada Extremadura, después de tantos años sin tocar poder y asistiendo a numerosos juicios y velatorios ante la indiferencia de los poderosos. La política es siempre elitista, interesada, un tanto obscena y con más trampas que una película de Fu Manchú. A partir de mañana, ya mismo, el circo político patrio se centrará en la figura y malabarismos conceptuales del todavía vicepresidente del Gobierno de la nación, el señor Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato 'in pectore' a dormir cuatro años en el complejo de Moncloa, rodeado de analistas y guardias civiles. Por ello mismo, los inteligentes y advertidos no vuelven al lugar ni custodiados por cabos gastadores de la Legión.