«Nos ha llegado un rayo de esperanza para mejorar la vida de nuestro hijo»
La familia de Daniel, un niño de cinco años que sufre parálisis cerebral, busca ayuda para que pueda someterse a un tratamiento en Italia
Actualizado: GuardarSus ojos son dos grandes ventanales al mundo. En ellos se puede comprobar las ganas que Daniel tiene de conocer todo lo que le rodea y aprender, aunque su cuerpo tenga atrapada a su mente. A sus cinco años sigue sin poder dar su primer paso o pronunciar sus primeras palabras, pero su familia no piensa rendirse.
Daniel Galván es un pequeño de Villamartin al que los médicos diagnosticaron parálisis cerebral, microcefalia y retraso psicomotor, enfermedades que le han impedido tener un desarrollo normal y que lo mantienen en una silla de ruedas. Su madre, Mónica Guerra, con la ayuda de su pareja, Joaquín, ha decidido emprender una nueva lucha y, además de toda la dedicación y atención que le da a su hijo desde que nació, se aferra a que el pequeño pueda experimentar una mejoría que le permita tener una mayor calidad de vida.
A raíz de que el popular Bertín Osborne hablara en televisión de una terapia que a su hijo le estaba funcionando, Mónica decidió informarse para comprobar «si no se trataba de un engaño y la verdad es que nos abrieron los ojos, en una reunión que tuvimos en Madrid, y vimos un rayo de esperanza en el futuro de nuestro pequeño». Una ventana a la vida que ellos aseguran que se abría ante sus ojos pero poniendo de manifiesto otra realidad: «Los tratamientos son caros y nosotros no podríamos completar todo el programa que Daniel necesitaría sin ayuda».
En concreto, la esperanza ahora la tienen puesta en The Institutes for de Achievement of Human Potential (IAHP), Institutos para el Logro del Potencial Humano y el próximo 16 de julio viajarán a Italia para comenzar con las terapias. No obstante, desde marzo ya han comenzado a hacer ejercicios con Daniel e incluso han puesto en marcha un programa para la lectura y «en poco tiempo hemos visto un avance importante y no queremos dejar pasar esta oportunidad de luchar por nuestro hijo», asegura.
El testimonio de otras familias en situación similar también está ayudando a que crezca la esperanza en el seno de esta familia de Villamartín. «En Madrid, en la primera reunión con el IAHP, conocí a un pequeño, con una situación similar a la de Daniel, de Fuengirola que nos ha llenado de esperanzas», destaca Mónica. «Este niño, con siete años, ya está perfeccionando como andar e incluso está aprendiendo a hablar», destaca emocionada la madre del pequeño de Villamartín.
El esfuerzo de los padres del pequeño se completa con la ayuda de sus familiares, amigos y vecinos de la localidad, ya que hasta cuarenta personas participan en las labores de rehabilitación de Daniel. De ese equipo de ayudantes, además de otras personas del pueblo, están partiendo una serie de iniciativas para recaudar fondos y ayudar a la familia con los gastos que la terapia conlleva.
Ya se han organizado actividades como una quedada motera, la creación de un servicio de mensajería solidaria o la celebración de un concierto que contó con un gran éxito. Actividades que siguen aunque los padres del pequeño son conscientes de que «el pueblo hace todo lo que puede pero sabemos que los recursos son limitados, y más aún con la crisis, por lo que necesitamos ayuda de fuera y toda la que venga es poca», destaca la madre. El próximo viernes se llevará a cabo una cena solidaria, que está organizando otro vecino, en el restaurante La Piscina y que tendrá un precio de 25 euros. Una serie de artistas colaborarán para amenizar la misma.
Apoyo
El empeño de todo el pueblo de Villamrtín es el de que está posibilitando que las esperanzas que han inundado a la familia no se vean truncadas por la falta de recursos económicos. Y es que en el viaje de Madrid ya necesitaron 3.500 euros y en el que ahora harán a Italia gastarán otros 9.000 euros. No obstante, ese no es el principal problema económico que tienen ya que «una vez que se inicien las revisiones, que serán cada seis meses, necesitaremos unos 10.000 euros cada vez que viajemos a Filadelfia».