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Mladic desprecia al Tribunal de La Haya
El antiguo militar serbobosnio se autoexpulsa de la sala después de gritar al juez y burlarse de las madres de Srebrenica
BRUSELAS. Actualizado: GuardarRatko Mladic protagonizó ayer un asombroso espectáculo en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En su segunda comparecencia tras su detención a finales de mayo, el ex jefe militar serbobosnio se encaró con el juez e irritó con sus burlas a las madres de Srebrenica que se encontraban entre el público. El último gran criminal de guerra de los Balcanes acabó expulsado de la sala y el magistrado, actuando en su nombre, le declaró no culpable para evitar dilaciones en el proceso.
El 'carnicero de Srebrenica' dio la nota desde que volvió a sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal de La Haya, el complejo que acoge el TPIY y otras cortes internacionales. Mladic pretendía seguir la vista con su inseparable gorra de campaña, pero el juez holandés Alphons Orie le ordenó quitársela. «La llevo porque soy demasiado viejo y tengo frío. Además, la mitad de mi cuerpo no funciona», le respondió a modo de declaración de intenciones. El exmilitar cedió finalmente, aunque aprovechó el gesto de sacarse la visera para saludar burlonamente a los familiares de sus víctimas que asistían a la comparecencia.
Con el paso de los minutos, la temperatura en la sala se disparó porque Mladic no dejaba de gesticular al público. Cuando el juez le llamó la atención, el exlíder militar, de 69 años, volvió a mofarse del tribunal. «Giro la cabeza hacia los asistentes porque le escucho mejor por el oído izquierdo», apuntó.
Desde que fue detenido tras 16 años fugado, Mladic ha intentado jugar la baza de su salud para obstaculizar el proceso. Su abogado aseguró que fue tratado de cáncer y que sufrió un infarto que le dejó secuelas en la mitad del cuerpo. Los médicos de La Haya, sin embargo, dictaminaron que se encuentra en condiciones de afrontar el juicio.
El momento clave de la vista llegó cuando el magistrado holandés iba a leer los once cargos contra Mladic, que incluyen crímenes de guerra y contra la Humanidad. Entonces, el exmilitar se quitó furioso los auriculares que llevaba para seguir la traducción. «No, no. ¡No voy escuchar esto sin mi abogado!», gritó ante la sorpresa de todos. El juez ordenó que le sacaran de la sala, pero él no se calló. «Tú no eres el tribunal. ¿Quién eres tú? Tú no me estás permitiendo respirar», espetó mientras los guardias le escoltaban.
Mladic, que apenas estuvo veinte minutos ante el tribunal, interrumpió continuamente al juez. Su principal queja era que rechazaba al abogado que se le había asignado. Mladic quiere que le representen un letrado de Belgrado de su confianza y el jurista ruso Alexander Mezyaev. Este segundo profesional asesoró durante su proceso al expresidente serbio Slobodan Milosevic. El magistrado le explicó que no había cumplido los plazos para solicitar el cambio de representante legal, pero anunció que se estudiará su incorporación para las próximas vistas.
«No espere más»
«No quiero ofenderle, pero es muy joven para defenderme», sentenció el exgeneral en referencia al letrado serbio nombrado por La Haya. Con esta misma arrogancia, respondió a las advertencias que le lanzó el magistrado por no respetar su turno de palabra. «No espere más para expulsarme, pero no voy a escuchar ni a decir nada más si no están mis abogados. Y usted debería hacer lo mismo», subrayó retador. Una vez que Mladic salió de la sala, el juez Orie terminó de leer los cargos en su contra. Ante la negativa del exmilitar a precisar su postura frente a las acusaciones, fue declarado no culpable para que el proceso no quede paralizado. El fiscal del TPIY, en síntesis, le imputa once cargos de genocidio y crímenes contra la Humanidad. No hay fecha para una nueva vista porque el exgeneral cuenta ahora con varios meses para preparar su defensa.