rebajas de verano

El comercio echa mano de la imaginación frente a la crisis

Los emprendedores del centro optan incluso por compartir local y gastos y por usar Facebook como un escaparate más Los negocios apuestan por especializarse y subirse a las redes sociales

Jerez Actualizado: Guardar
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Llegan las rebajas de verano, y en la tienda Dolores, un negocio de moda exclusivo y original al margen de las grandes cadenas, la primera venta que se realizó el pasado viernes día 1 fue a través de Facebook. Así lo contaba en el mismo muro de su página en esta red social su propietaria, Aradia Carmona, una emprendedora que además de sacar adelante su negocio y trabajar en su expansión en otras ciudades mantiene activo un blog de su tienda (http://tiendadolores.blogspot.com) en el que mantiene una interesante interacción con la clientela fiel de su tienda de la calle Pozuelo.

Su caso no es único entre los comerciantes de Jerez, y no solo entre los que están apostando por el centro de la ciudad para su abrir su negocio, sino también entre aquellos que llevan ya muchos años dedicados a esto y tienen que reinventarse por mor de la crisis económica y la de su sector.

Ése es el caso de Álvaro Campelo, uno de los nombres más conocidos entre los melómanos de Jerez por ser el propietario de la tienda Mala Música, el establecimiento que hoy en día ostenta en la ciudad la etiqueta de ser el único negocio de venta de discos que compite con las grandes superficies desde su local de la calle Medina.

Campelo es ya un veterano, un superviviente que desde hace once años sigue adelante (también tuvo una tienda en Cádiz que sí acabo cerrando) pese a que su sector «ha caído en picado desde que «los chavales se han dado cuenta de que el ADSL les permite piratear todo y ha calado en ellos el mensaje de que esto es gratis, y porque en tiempos de crisis lo más prescindible en una economía familiar es este tipo de artículos».

Por eso, su principal arma para plantar cara en esta batalla y poder seguir adelante con su negocio es la especialización. «Sin ella ya hubiera desaparecido», recalca este empresario que sabe que no puede competir en precios, y que por eso hace de la calidad su bandera. «Vendo mucho ese material que es difícil de encontrar, trabajo mucho las peticiones a la carta, y en esta tarea tengo una gran herramienta de apoyo en internet».

Y es que su utilización de las nuevas tecnologías no se basa estrictamente en realizar transacciones o ventas, «para eso ya está la FNAC y no se puede competir». Su baza es el contacto directo con el cliente, los encargos que la gente deja en el Facebook de la tienda o en el Twitter y que «pasan luego a recoger en el coche sin apenas tener que pararse a aparcar».

Hace ya un par de años que cuenta con conexión a internet en su negocio y que tiene presencia en las redes sociales, y eso hace que aumenten las consultas y, sobre todo, se afiance la relación con los compradores que tienen en Mala Música su tienda de referencia.

Locales en la red

Ese camino a través de las redes sociales para fidelizar a la clientela se extiende a tal velocidad que cada día cualquier usuario de Jerez recibe invitaciones y sugerencias de muy diferentes negocios que saben que en el muro de esta red tienen una especie de escaparate virtual en el que mostrar sus propuestas. Así, sin salir de casa, uno puede planificar si ir de compras a tiendas de segunda mano como Nómada 2nd Hand Shop (en la calle Honda), o de tapas a La Bohéme (plaza Rafael Rivero) o Le Freak (calle Horno), y de copas a Cuatrogatos (calle Santa Rosa), o compatibilizar las compras con el ocio en la amplia oferta del Zoco de Artesanía (plaza Peones), o llevarse a casa los más escogidos tés de la tienda Aromas de Té (plaza del Progreso) o también elegir qué instrumento musical de la tienda Jerez Guitar Center se adapta mejor al talento propio. Y también hay opciones para los más tradicionales, que pueden saber qué propuesta culinaria tienen establecimientos como la Venta San Hermenegildo (ronda del Pelirón) o el Tabanco Plateros.

Sean perfiles personales o páginas de empresas (de todo hay en el panorama en Facebook del comercio jerezano), la tónica habitual es que sean los propios empresarios y dueños de los negocios los que gestionen su propia cuenta. Al menos ése es el caso de Esperanza Alcázar y Cristina Castellsague, propietarias de las tiendas Octopus y Lab Shoes, respectivamente.

Estas dos tiendas de moda y de zapatos nacieron hace ya tres años en el primer caso, y hace uno y medio en el segundo, y siempre han contado con Facebook e internet como herramienta de trabajo y de ventas. «Subimos la ropa de la nueva temporada, nos hacen encargos, hacemos contactos...», cuentan estas dos jóvenes emprendedoras.

Pero en su caso, lo de echarle imaginación para sacar más partido a su negocio y sobrevivir en tiempos tan duros para el comercio va más allá de internet, ya que lo que se les ha ocurrido es directamente mudarse a un nuevo local más grande, céntrico y mejor situado, con un más vistoso escaparate en el que sus exclusivos y muy originales artículos lucen mucho mejor que en su anterior emplazamiento. Hasta ahí no parece una idea demasiado novedosa, pero todo cambia cuando uno se percata de que esa mudanza la han hecho juntas, compartiendo el mismo local y gastos, pero cada una con su propia empresa y separando gestión y modelo de negocio.

Alcázar cuenta que ella y Castellsague tenían sus tiendas en la calle Francos, un lugar «poco comercial, demasiado oculto, por donde no pasaba demasiada gente. Y nos dábamos cuenta de que aunque teníamos una cliente fija fiel y fantástica, nos estábamos quedando estancadas y teníamos pocas posibilidades de crecer con ese goteo de clientes que sí tienen las tiendas en lugares más de paso».

Por ese motivo, hace un año empezaron a darle vueltas a la posibilidad de cambiar de ubicación, «pero todo era caro y se salía de las posibilidades que teníamos cada una», insiste la dueña de Lab Shoes.

Fue entonces cuando empezó a tomar fuerza otra idea, la de mudarse juntas para compartir gastos y reducir todos los costes, pero siempre manteniendo la personalidad de cada negocio y «los números por separado».

El germen de esta convivencia estaba plantado, porque Octopus y Lab Shoes ya habían colaborado en otra iniciativa original para relanzar el comercio del centro y sus ventas: las 'shopping nights', un evento que celebran cada temporada con bastante éxito. Y ambas eran conscientes de que «nuestras tiendas se complementaban muy bien».

Ésa fue la razón de que el pasado mes de abril dejaran atrás las reticencias ante esta poco habitual fusión, y alquilaran su nuevo local en la plaza del Progreso donde en tiempo récord hicieron reformas para poder separar adecuadamente las dos tiendas y en el que ya estaban instaladas el 1 de junio.

Ahora, como ellas mismas cuentan divertidas, el centro cuenta con una especie de «El Corte Inglés alternativo» que les ha permitido incrementar las ventas de una manera espectacular. «No queremos ser demasiado optimistas, porque esto puede ser por el 'boom' del principio, pero desde la reinauguración notamos que entraba tanta gente a la tienda cada día como en toda una semana antes», dice Alcázar.

En la misma línea, Castellsague explica que se está sumando nueva clientela porque la tienda ahora «se ve más, tiene más entidad, algo que incluso está gustando a nuestros compradores de siempre porque ahora ven con otros ojos nuestra propuesta». «Hasta otros comerciantes asociados a Acoje nos han descubierto ahora, pese a que ya llevamos algunos años», cuentan.

Para estas emprendedoras el riesgo del cambio y lo poco que pagan de más por el local merece la pena para poder ser competitivas. «No nos arrepentimos de este paso».