Más de diez años de cárcel por robar, agredir y retener a un hombre en su casa

Los 14 años que pedía la Fiscalía se han quedado en diez años y nueve meses de prisión por robar, agredir y retener a un hombre en su propia casa. Así lo ha decidido la Sección Octava de la Audiencia Provincial, condenando a Isaac O. M. y Daniel M. P. a cuatro años y tres meses de cárcel por un delito de allanamiento; un año y nueve meses por otro de lesiones y tres años por una detención ilegal, con el agravante de disfraz y con la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 300 metros durante seis años.

En la sentencia, a la que LA VOZ ha tenido acceso, se considera como hechos probados que el 3 de septiembre del pasado año los dos condenados se pusieron de acuerdo y se dirigieron al domicilio de Antonio R. A, en la calle Cartagenera, uno ataviado con una gorra y el otro con un pasamontañas. Una vez allí, llamaron a la puerta y cuando el inquilino abrió se abalanzaron sobre él llegándole a pinchar con un cuchillo de cocina que llevaba.

Seguidamente, lograron ponerlo de rodillas y le golpearon y tiraron al suelo, donde siguieron propinándole golpes y patadas. Mientras lo hacían, uno de ellos increpaba a la víctima llamándole «hijo de puta» e insistiéndole en que le revelara dónde estaba la caja fuerte. El perjudicado, al que ataron de pies y manos con unas presillas blancas, les aseguró que no tenía ninguna caja fuerte y les propuso que se llevaran 600 euros que guardaba en el bolsillo.

Suculento botín

Tras ello le taparon la boca con una cinta americana, amenazándole con asfixiarle si gritaba y lo llevaron a rastras al dormitorio, metiéndole medio cuerpo debajo de la cama. En ese momento le quitaron el dinero de los bolsillos y, tras rebuscar por toda la casa, se llevaron un anillo de oro, un bolígrafo de oro blanco y un cordón de oro, valorado todo ello en 1.580 euros.

Cuando se fueron del domicilio, dejaron a la víctima debajo de la cama, maniatada y con la boca tapada, como así se la encontraron los agentes de Policía que acudieron a rescatarlo, alertados por los vecinos que habían escuchado fuertes gritos en el interior de la vivienda. Por todo ello, Antonio R. A. sufrió lesiones consistentes en tres contusiones, herida incisa en la región pectoral y erosiones en ambos antebrazos.

Para su curación necesitó puntos de sutura, tardando en sanar diez días, cinco de los que estuvo impedido para sus tareas habituales. Además, le ha quedado un cicatriz en la región pectoral, con un perjuicio estético ligero.