La planta de Cádiz, situada en la Zona Franca, recupera la producción intensa. :: FRANCIS JIMÉNEZ
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La planta de Altadis en Cádiz opera a cuatro turnos por sobrecarga de trabajo

La fábrica está a pleno rendimiento dos años después del ERE que la dejó con 67 empleados y una sola línea de actividad

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La fábrica de tabacos de Cádiz echa humo. La dirección de Imperial Tobacco, multinacional inglesa que se hizo en 2008 con Altadis, aumentó el pasado febrero los turnos de trabajo para cubrir sin problemas la demanda. De esta forma, se habilitó un cuarto turno en la fábrica que permite sacar la producción adelante los fines de semana. Es decir, la planta de Zona Franca se encuentra a pleno rendimiento de lunes a viernes a tres turnos, mientras que los sábados y domingos mantiene su nivel de actividad gracias al refuerzo. Este aumento de la producción obligó también a la compañía a ampliar la plantilla con once contratos eventuales.

Resulta paradójico el nuevo escenario laboral que vive la planta gaditana tras su reconversión. Los nuevos gestores diseñaron un plan de reestructuración para Altadis tras su compra, que significó para la fábrica de Cádiz el cierre de su línea de producción de tabaco reconstituido, en junio de 2009; así como la extinción de la planta de preparación de liga, en diciembre de 2009. Los ejecutivos de Imperial Tobacco dejaban la factoría de Cádiz como centro logístico y con una única línea de trabajo abierta: la de tabaco expandido. Este cambio significó la salida de 223 empleados. Las naves de Altadis que se encuentran a la entrada de Cádiz por el puente Carranza albergan ahora una plantilla de 67 personas, además de los últimos eventuales. La estrategia empresarial llevada a cabo ha demostrado cómo la planta de Cádiz, aunque ya con una dimensión mucho más pequeña que la de hace una década, se ha hecho con una importante carga de trabajo. Este incremento de la producción es fruto del desvío de actividad de otras plantas europeas. Así, la factoría alemana se ha especializado ahora en la elaboración de tabaco de liar, más barato que el producto vendido en cigarrillos. De esta forma, la factoría de Cádiz se ha hecho con el expandido.

Carmen Pérez, presidenta del comité de empresa, reconoce que la situación laboral y las expectativas han mejorado con respecto a la incertidumbre de cierre que pesaba hace dos años cuando se produjo la compra de Altadis. La factoría gaditana ha sufrido desde 1993 un total de seis expedientes de regulación de empleo. A principios de los noventa contaba con una plantilla de 1.050 trabajadores, frente a los 78 que ocupan en estos momentos las instalaciones.

La plantilla puede respirar tranquila porque recibirán a final de año más carga de trabajo. La compañía ha confirmado el cierre de su planta de Palazuelo, en Badajoz, y ha llegado a un acuerdo con sus 23 empleados. La factoría cerrará a finales de año y, según fuentes sindicales, la producción la absorberá en parte la fábrica de Cádiz. La factoría extremeña se encarga de la elaboración de tabaco negro y ha optado por desprenderse de la planta ante la disminución de la venta y la presión fiscal. La pequeña producción de este derivado se puede llevar a cabo en otros complejos, como el de Cádiz.

La empresa reconoce que actualmente solo el 9% de los cigarrillos que se venden en nuestro país corresponden a tabaco negro, mientras que cuando se inauguró la línea de producción de Palazuelo en 1991, la demanda de tabaco negro representaba el 41% del mercado. Las ventas de cigarrillos negros en España han sufrido un descenso medio de casi el 17% en el período 2007/2011; una caída que se ha acentuado durante los cuatro primeros meses de este año al situarse en el 26,5% y cuya tendencia descendente se mantendrá los próximos años. Sólo el 2% de los consumidores españoles fuma cigarrillos negros, según los datos que ha ofrecido Altadis.

Otra de las razones aducidas es la tendencia consolidada de todas las compañías tabaqueras de comprar el tabaco batido en los países de origen, con el fin de mejorar eficiencia en el proceso productivo. En este sentido, Altadis ha anunciado que transferirá parte de la actividad del tabaco batido de Palazuelo que no pueda ser atendida por los diferentes proveedores, a la Compañía Española de Tabaco en Rama (CETARSA), sociedad estatal ubicada en Extremadura y en la que cuenta con una participación del 21% del capital.

En estos momentos, la planta de Cádiz produce a diario 600 cajas de tabaco expandido de 36 kilos cada una que van parar a la central de Logroño para su tratamiento.