LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

Cádiz, sede del constitucionalismo iberoamericano

EMBAJADOR SECRETARIO GENERAL DE LA UNIÓN LATINA Actualizado: Guardar
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El año próximo se cumplirán doscientos años de la proclamación de la primera Constitución liberal de Europa, la famosa 'Pepa', cuyo texto está en la base y origen de múltiples textos constitucionales promulgados posteriormente.

Al mismo tiempo, en el 2012 se celebran los 22 años de la creación de las Cumbres Iberoamericanas, que es tanto como decir del 'nacimiento del concepto de Iberoamérica', fruto de la Cumbre de Guadalajara de 1.991. En ella se explicitó claramente que Iberoamérica comprende a «todos los países luso e hispano-parlantes a ambos lados del Atlántico».

En Cádiz tendrá lugar la XXII Cumbre Iberoamericana, a la que serán convocados todos los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros. Por consiguiente, Cádiz va a estar el año próximo en el eje una doble vocación de esta tierra: Iberoamérica y el Constitucionalismo. Y todo ello, a escasos dos años de celebrarse el segundo centenario de las independencias de los países latinoamericanos. Se trata, pues, de un momento muy propicio para la reflexión sobre el proceso de articulación y consolidación de nuestro espacio iberoamericano, tarea en la que algo tienen también que decir los constitucionalistas de las dos orillas del Océano.

Esa articulación es un proyecto posible y positivo. Posible, porque no se trata de una utopía ni de un sueño irrealizable. Contamos con los elementos necesarios para hacerlo realidad: historia, cultura, lengua, visión del futuro. Pocos conjuntos de países pueden afirmar lo mismo y muchos desearían tener a su alcance unas bases tan sólidas e importantes para construir un espacio común como las que tenemos a nuestra disposición los países y pueblos de Iberoamérica. Positivo, porque nunca ha sido más cierto que hoy que 'la unión hace la fuerza' y que sin unión de esfuerzos nada es realizable en este mundo globalizado, en el que hay que 'pensar global y actuar local', pero al mismo tiempo 'pensar local y actuar global'.

Los esfuerzos desplegados por la SEGIB (la Secretaria General de Estados Iberoamericanos) para que el espacio iberoamericano sea una realidad actuante, han ido produciendo ya sus frutos. Porque un espacio es una comunidad de proyectos, pero también de intereses. Ambos -proyectos e intereses- son la argamasa con la que se va erigiendo el edificio iberoamericano. Los proyectos nos permiten conocernos más y mejor, laguna que hay que ir colmando de la forma más intensa y eficaz posible porque no es posible articular una Comunidad entre pueblos que se ignoran o se desconocen. Los intereses son una parte esencial del proyecto si deseamos actuar con realismo.

Cádiz ha jugado desde siempre un papel singular en la Historia de América Latina y es, por consiguiente, un punto de referencia indiscutible en cualquier análisis histórico serio del decurso histórico de aquel Continente. También ha sido referencia inevitable para cualquier analista del Constitucionalismo, tanto español como latinoamericano. De ahí que la conjunción de esos dos eventos -Bicentenario y Cumbre- ofrezcan una plataforma que debemos aprovechar para el debate, la proposición y la materialización de proyectos.

En este orden de ideas, la Unión Latina desea seguir estando presente en Cádiz, como lo ha estado ya en los últimos años, auspiciando la celebración de cuatro simposios sobre la Constitución de 1812: el primero en Cádiz 2002, el segundo en Guadalajara 2004, el tercero en Cádiz 2008 y el cuarto en Cádiz 2010. En el último de esos simposios, se lanzó una idea que me parece sumamente atractiva y que contó de inmediato con el beneplácito de los expertos presentes y también de las Autoridades gaditanas. Se trata de la posibilidad de inaugurar en Cádiz, con motivo de la Cumbre Iberoamericana del año próximo, un Centro de Constitucionalismo Iberoamericano, cuya sede se situaría en esta ciudad y que contaría de entrada con la membresía de todos los expertos en constitucionalismo que han participado en los cuatro simposios ya celebrados.

Por último, la Unión Latina ha trabajado ya y seguirá haciéndolo en el futuro con el periodismo gaditano para promocionar la lengua y cultura españolas en Filipinas, proyecto en el que ha encontrado el apoyo del Instituto Cervantes y que permitió en la reunión del pasado año en Manila anunciar la creación del primer periódico digital en nuestra lengua que se lanza en Filipinas. Es un primer paso, significativo e importante.

Todo ello, impulsó a la Secretaría General de la Unión Latina a abrir una Delegación en Cádiz, iniciativa que se materializó el pasado año con el nombramiento de mi amigo y excolaborador en la Embajada de España en Praga, Jaime Rocha. Desde la plataforma de nuestra sede central en Paris, tenemos, pues, sobradas razones, para ver con una óptica optimista las relaciones futuras entre Cádiz y la Unión Latina. Y también para alentar todas las esperanzas de cara al Bicentenario de la Constitución de 1812 y a la celebración de la XXII Cumbre Iberoamericana.