Venezolanos siguen por televisión la intervención de Chávez. :: REUTERS
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Venezuela acoge sin sobresalto la confesión de Chávez

El líder bolivariano confirma en un mensaje difundido desde La Habana que ha sido operado de un cáncer y que recibe tratamiento

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Hugo Chávez acabó con las incertidumbres sobre su estado de salud. En un ejercicio de férrea voluntad -podía haberse limitado a difundir un comunicado escrito- se puso la madrugada de ayer (hora española) ante las cámaras de televisión cubana para pronunciar un mensaje a los venezolanos e informar que tiene cáncer y que recibe tratamiento para combatirlo antes de «su regreso», próximo pero sin fecha fija.

Eso sí, el líder bolivariano ocultó en qué parte del cuerpo sufre el padecimiento, fundamental para sondear los pronósticos cuando Venezuela se prepara para unas importantes elecciones generales en 2012. Él parece confiado en remontar «este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo». Sus seguidores, conmocionados, se congregaron para orar por su «comandante-presidente». Y el Gobierno pidió «respeto» y unidad a todos los venezolanos.

A priori, parece que será así, por ahora. La Asamblea Nacional en pleno, la oposición y la Iglesia católica sumaron sus mensajes de solidaridad a otros recibidos de mandatarios y políticos de varios países. Además, el general Henry Rangel Silva, jefe del Comando Estratégico Operacional (CEO), insistió en la tranquilidad en el país y garantizó que las fuerzas armadas harán respetar la Constitución.

No demasiado locuaz

El habitualmente locuaz Chávez se limitó a leer un conciso pero sentido mensaje de unos 15 minutos en el que el ser humano se impuso al político: no se refirió ni a la crisis carcelaria de El Rodeo ni a los recortes de energía eléctrica. Según fuentes citadas por el columnista venezolano Nelson Bocaranda, el comunicado lo redactaron entre Fidel Castro, el propio Chávez y una de sus hijas. El periodista afirma que el mandatario ha recibido radioterapia y comenzado con la quimioterapia, por lo que no regresará a Venezuela antes de al menos 15 días, de manera que no podrá presidir el bicentenario del país caribeño el próximo martes. El «riguroso» tratamiento «no acepta apresuramientos ni presiones de ningún tipo», confesó el líder populista.

Chávez apareció más delgado, con el semblante serio, apenas un amago de sonrisa cuando se equivocó en una palabra, lo que reflejaba el trance personal por el que está pasando. Admitió que su salud dio «muestras evidentes de deterioro» semanas atrás. Que «tenía previsto hacerme [en Cuba] un chequeo en la rodilla izquierda» por una lesión sufrida en mayo. Y reconoció haber descuidado la salud y ser muy renuente a los chequeos y tratamientos médicos.

El presidente explicó que durante un encuentro el 8 de junio con Fidel Castro, este notó que disimulaba algún malestar «Me interrogó casi como un médico; me confesé casi como un paciente». Esa misma noche comenzaron las pruebas y al día siguiente era operado de «un absceso en la región pélvica». Mejoró con los antibióticos. Nuevos estudios confirmaron «un tumor con presencia de células cancerígenas» que obligó a una segunda «intervención mayor, realizada sin complicaciones».

El controvertido gobernante de 56 años, que ha ganado una decena de consultas electorales, aclaró que está informado y al mando de las acciones de su Gobierno. Ayer, la televisión venezolana ofreció la grabación de una reunión de trabajo realizada en La Habana horas antes de difundir el mensaje.

Chávez agradeció las muestras «de toda esa solidaridad» que «impulsa mi voluntad de vencer en esta nueva batalla que la vida nos ha puesto por delante». Tuvo palabras especiales para la «nación cubana, Fidel, Raúl y toda esta legión médica» que le atiende de «una manera verdaderamente sublime». Muchos cubanos mostraron su simpatía en este momento amargo. «Qué pena, es muy joven. Espero que se cure bien y pronto. Si no, igual dejan de mandarnos petróleo», se sinceraba una habanera.

En su intervención, Chávez también habló de los mensajes que dio el 4 de febrero de 1992, tras el fallido golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez. «Desde mi ocaso, desde un camino que yo sentía me arrastraba hacia un abismo insondable».