Ganaderos y empresarios cárnicos
Antonio Nieves puso en marcha una importante actividad industrial en Jerez
JEREZ. Actualizado: GuardarEl apellido Nieves es otro de los que merecen ser traído a las páginas de LA VOZ, ya que a partir de que un miembro de esta familia, Antonio Nieves, adquiriera una pequeña finca cercana a la ciudad y la dedicara a la cría y engorde de ganado, comenzó una bonita historia de trabajo, la cual ha beneficiado y ha hecho crecer a toda la familia y, por ende, al pueblo de Jerez.
Con la posterior compra de varias fincas más para dedicarlas a la cría y el engorde de ganado bovino y porcino, han generado una industria con tiendas abiertas al público en diferentes zonas de nuestra ciudad, en las cuales comercializan y llevan a cabo la venta de los productos que manufacturan o preparan, precocinados...
Como todo el mundo sabe o debe saber, nada se nos da regalado y menos en los tiempos que corren. Es por lo que si uno quiere progresar se lo tiene que currar. Tal es el caso de los hermanos Nieves, gente trabajadora y, por lo tanto, creadora de riqueza y puestos de trabajo; encomiable actitud para una ciudad como Jerez con tan alto índice de paro como tiene en la actualidad, como de sobra es conocido por todos, desgraciadamente.
Todo comenzó con la boda de dos primos hermanos, Antonio Nieves y Ana Nieves, quienes tuvieron siete hijos. Su vida transcurrió en el campo, con dedicación plena a sus tierras y al ganado que criaban y que tras su engorde vendían. Con el paso de los años se vinieron a vivir a Jerez, ya que los niños tenían que asistir al colegio para adquirir una buena formación.
Traslado a Jerez
Su traslado a Jerez sirvió para tomar el pulso al negocio de las carnicerías. Corría el año 1950 y acababa de inaugurarse la plaza de abastos de la barriada de La Plata, la que, recién construida por el arquitecto Fernando de la Cuadra, lucía moderna y con futuro. Fue por ello que Antonio Nieves compró varios locales comerciales en dicho centro, en donde comenzó su negocio de carnicería, iniciándolo con sus hijos, los que alternaban sus clases en el colegio con ayudas a sus padres en los puestos de la conocida barriada de La Plata.
En el año 1970, uno de sus hijos, en este caso Manolo Nieves Nieves, amplió el negocio con la compra de un local en la cercana y moderna barriada de La Serrana, inaugurando otra de sus famosas carnicerías.
Manolo Nieves siempre contó con sus sobrinos, los que también, venidos de la pedanía jerezana de Guadalcacín, se hicieron una piña en torno al negocio familiar de Los Nieves, cuya unión ha ido cada año tomando más fuerza y cohesión entre sus miembros, lo que ha provocado mayores ventas y más popularidad en sus lugares de ubicación.
Otra rama de la familia, compuesta por el matrimonio José Castro Pérez y Ana Nieves y sus cinco hijos, también residentes en Guadalcacín, optaron por trasladarse a Jerez, siendo los cuatro varones los que, adiestrados y puestos al día en el oficio por su tío Manolo Nieves, pasaron a formar parte del grupo.
Debido a sus explotaciones ganaderas y puestos de ventas, la familia Nieves es conocedora de todo el proceso de la explotación ganadera: cría, engorde en los cebaderos y sacrificio en los mataderos, para después, pasar al despiece y acto seguidamente a su comercialización en los puntos de venta que tan estratégicamente tienen repartidos por la ciudad.
Ya que, como decimos, el negocio es llevado a cabo a medias entre los miembros de la familia, repartiéndose entre ellos las diferentes responsabilidades y obligaciones que exige.
Compra
En el año 1983, los hermanos Nieves decidieron comprar ésta industria a su tío Manolo, artífice y cabeza pensante de este negocio, el que, conocedor de las condiciones y profesionalidad, acepta vender su parte a sus sobrinos, a los que ha enseñado todo lo que saben y al que estos quieren y respetan como si fuera un padre.
Ya en el año 1984 los hermanos Nieves ampliaron sus puntos de venta con la adquisición de un amplio local en las Torres de Córdoba, a cuyo frente se pusieron dos de los cuatro jóvenes hermanos y actuales propietarios: Antonio y Francisco, permaneciendo en la barriada de la Serrana Gabriel y José Manuel.
En el año 1988, y dado el progreso y volumen de ventas experimentado por esta joven y trabajadora familia, decidieron comprar otra finca en la que poder instalar un cebadero donde engordar el ganado meses antes de ser sacrificado y, de esta manera, llevar mejor el control del género que venden en sus carnicerías.
La Peruela
En 1992 se hicieron con la propiedad de la finca La Peruela, la que próxima a San José del Valle dedican a la reproducción de ganado limousin. Allí poseen una punta de vacas madres y varios sementales, cuyos becerros se crían y engordan en los cebaderos con idéntico fin.
Posteriormente han ido ampliando el negocio abarcando el sector del ganado porcino. Para ello, los hermanos Nieves adquirieron en el término del serrano pueblo de Algar la finca denominada Las Ventillas, la que, como decimos, dedican a la reproducción y cría del cerdo ibérico.
Como desde sus principios, esta numerosa familia está por completo dedicada a la manufacturación y venta de productos cárnicos y, aunque el negocio ya está hecho, la atención que le siguen prestando es máxima, no escatimándose en horarios ni en días, es decir, de lunes a domingos. De hecho, los fines de semana se lo pasan en grande visitando las diferentes propiedades y centros de producción; fincas que con el paso de los años han ido acondicionando para hacer de ellas no solo sus negocios, sino también sus lugares de ocio y, cómo no, de encuentro familiar.
Empleo
Resulta a todasluces obvio decir que, a pesar de la profunda crisis económica en la que estamos sumidos, los hermanos Nieves continúan trabajando y manteniendo los niveles de calidad y precios asequibles de siempre, cosa que hacen para y por Jerez. En la actualidad y sin contar a los propios miembros de esta ilustre familia, dan trabajo a 21 personas en la ciudad, que no es poco, ni mucho menos.
Se trata, esta última cifra, de una buena noticia, ya que no es habitual en los tiempos que corren que una empresa mantenga tal cantidad de empleos. Síntoma, por otro lado, de que el negocio marcha bien pese a la situación económica global que existe en estos momentos.