Los picos Ye-yé vuelven a la mesa
La empresa comienza su nueva etapa con el lanzamiento de unos colines camperos con la receta artesana de la fórmula 'pulgarcito' La panificadora puertorrealeña reabre sus puertas después de cerrar en 2009
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa jornada de ayer traía consigo una buena noticia en el mundo empresarial de la Bahía de Cádiz, no tanto por su calado económico, sino, sobre todo, por el sentimental. Los míticos Picos Ye-yé volverán a las mesas de los consumidores y a las estanterías de los supermercados a partir de este lunes.
Los graves problemas financieros derivados del impago de una empresa intermediaria que colocaba sus productos en grandes cadenas de alimentación obligaron a los dueños de la Panificadora Cohollero, S.L. a echar la baraja a finales de 2009. No obstante, los problemas comenzaron un año antes, cuando la producción fue cayendo hasta niveles residuales.
Pasado el tiempo, tras recuperar la posesión de la fábrica y rescatar, aún en parte solamente, la maquinaria embargada por las distintas administraciones públicas y otros acreedores, Francisco Ocaña Fernández, miembro de la familia Cohollero, ha conseguido recomponer la línea de producción que durante décadas diera lugar a los populares picos.
La empresa continuará en manos de la familia fundadora, pero introduce importantes novedades, como la externalización del departamento comercial de la misma, siendo en esta ocasión 'G de Logística', división comercial de la empresa Gourmetissimo, y bajo la dirección de José Manuel Márquez, la encargada de la comercialización. La intención de los empresarios con esta decisión es «poder afrontar de forma más eficiente la compleja situación del mercado actual, así como las dificultades internas a las que se enfrenta la panificadora».
Teniendo en cuenta las dificultades actuales para conseguir créditos, la puesta en marcha de la empresa se hará de forma escalonada.
Según explica el nuevo director comercial de la empresa, el regreso al trabajo se debe a que «hay una fábrica lista para funcionar, un producto magnífico y una oportunidad de negocio que había que volver a aprovechar». Y también hay un componente afectivo en la decisión de reabrir sus puertas: «Era una pena que un producto como este se perdiese».
Desde que los Picos Ye-yé desaparecieran del mercado han surgido productos similares que han intentado ocupar su hueco en las preferencias de consumo, pero los responsables de Cohollero confían en recuperar su sitio. Para comenzar con fuerza, la empresa ha previsto el lanzamiento de un nuevo producto. Se trata de un pico campero, que nunca antes había sido fabricado por la empresa, y que se produce con la misma receta magistral del pico 'pulgarcito', el más popular de su variedad de productos.
La empresa cuenta en esta primera fase de su nueva andadura con siete trabajadores, cinco dedicados a la producción y dos a la comercialización, a pesar de las dificultades de la situación actual, aseguran que «aún más es la ilusión» con la que comienzan. Su principal acicate es «el anhelo y la fidelidad» con que el mercado les espera a la vista de lo manifestado por los consumidores en su periodo de ausencia.