Jerez

Camarera de la Hermandad del Rocío

La labor de Fina Pliego en la agrupación jerezana cumple con creces todos los requisitos

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Ser camarera siempre fue una delicada actividad y, por lo tanto, una forma de trabajo para la que se requiere especiales modos y conocimientos, sobre todo, los relacionados con las urbanidades: saber estar, situarse, ser oportuna o pasar inadvertida. Esas y otras virtudes como la paciencia, la generosidad, la empatía, la entrega o la prudencia, son imprescindibles para este desempeño, en el que el compromiso de la servidumbre es el denominador común.

Pero para ser camarera de la Virgen y el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Jerez se necesitan también otras abnegadas cualidades, sin las que resultaría poco menos que imposible permanecer en el cargo durante los cuatro años que dura. No es extraño, pues, que la camarera de cada legislatura sea elegida personalmente por el hermano mayor, el que, por sus actividades y trayectoria en la hermandad, es quien mejor la conoce.

Tal es el caso de Fina Pliego, actual camarera, con más de cuarenta peregrinaciones ininterrumpidas a la localidad almonteña -fue por primera vez en el año 1969-.

Al conocer su nombramiento por parte de Felipe Morenés comprendimos lo acertado de la designación, ya que en ella se cumplen sobradamente los requisitos que necesitaba la Hermandad de Jerez.

El hermano mayor no solo le pide que acepte el cargo sino que confía en ella para que forme parte de su junta de gobierno, pues conoce su antigüedad en la hermandad, así como por la gran experiencia que alberga como camarera del Señor de la Sentencia, de la Ermita de la Yedra.

Para desempeñar este cargo, Fina Pliego se hace rodear de un competente equipo, contando entre otros con la ayuda del Prioste Fernando Calderón, persona de gran conocimiento en todo lo relacionado con el culto a la Virgen, así como el Simpecado. Teniendo a su vez la colaboración del mayordomo Javier Roldán y el vestidor Fernando Barea. Igualmente, durante estos cuatro años, nuestra camarera ha sentido el inestimable apoyo de su hermana Margarita Pliego, Paqui Cortijo y Pon Romero, miembros como ella de la peña El Pastorcito Divino. Agrupación de la que forman parte desde su fundación en el año 1975; la que, desde que fue constituida, no han faltado ningún año a la peregrinación almonteña, siendo durante años la hermana más joven de dicha peña.

Es obvio decir que, trabajando codo con codo con la junta de gobierno, los problemas que se han suscitado a lo largo de estos cuatro años no han sido pocos, teniendo que hacérseles frente, tanto a los consabidos e inherentes a toda asociación, como a los imprevisibles que se suscitan cada año apenas la Hermandad pone el pie en la calle camino del Rocío.

Oferta

Apenas Felipe Morenés tomó posesión del cargo, contactó con María Domecq López de Carrizosa para ofrecerle se fuera con él como camarera. Pero, dadas las muchas obligaciones y compromisos que tiene María con la guardería La Blanca Paloma, de la que es directora, declinó el ofrecimiento que le hacía Felipe, para decirle: «Te voy a mandar una camarera de la que no vas a tener queja, es más, no va a ser una, van a ser tres». Se refería a Fina, a su hermana Margarita que, junto a Paqui Cortijo, han formado un equipo de trabajo cuyos resultados son difícilmente igualables, por lo que quedarán para siempre en la memoria de los rocieros jerezanos que han vivido los cuatro años dirigidos por Morenés.

Ya el primer año, apenas montarse el altar en Marismilla para decir la primera misa, los rocieros que asistían a ella y hasta el propio padre que iba a celebrarla, quedaron admirados con las vestiduras y paños. Unos sobre otros, inmaculados y almidonados, refulgían al sol. Ya entonces la voz docta de una veterana rociera exclamó: «Ni la hemos tenido, ni la vamos a volver a tener». Desde entonces y durante estas cuatro últimas peregrinaciones, han sido incontables las actuaciones de Fina Pliego y de su equipo bienhechor; su paso por la Hermandad del Rocío de Jerez va a dejar una profunda huella y un recuerdo indeleble. No hay más que pasarse por la Iglesia de Santo Domingo e interesarse por las dependencias allí existentes dedicadas a la Virgen del Rocío para advertir el cambio radical que han experimentado durante el tiempo que Felipe Morenés ha sido hermano mayor. Además de la limpieza, trabajo en los paramentos, como también de pintura, han conseguido que un donante anónimo les regalara y mandara instalar unos cuantos muebles y vitrinas, los mismos que una vez tapizados por el equipo de Fina albergan en su interior todo el ajuar de la Virgen, la ropa del Pastorcito Divino, así como los candelabros de plata, crucifijos y vasos sacros pertenecientes a la Hermandad; los que ahora relucientes pueden contemplarse tras las puertas de cristal.

Trabajos

Profundizar en los trabajos llevados a cabo por Fina Pliego y su equipo no solo sería prolijo, sino que, por falta de espacio, imposible de enumerar y de redactar con el detalle que se merece; baste decir que todo lo que hacen es llevado a cabo con sumo gusto y delicadeza.

Ya en el 2007, apenas tomaron posesión del cargo, destaparon el tarro de las esencias con su primer trabajo, que consistió en descubrir y tapizar la imagen de candelero o de vestir, que es la Virgen del Rocío de Jerez, para después proveerla de su ropa interior o de pureza, sobre la que va la bordada o de brocados, con la que aparece para el culto en los altares. Siendo el vestidor Fernando Barea quien condujo al equipo.

Tras las numerosas ideas llevadas a cabo a lo largo de estos cuatro años, todas dignas de encomio por su primorosa ejecución, reseñaremos la última, porque con ello creemos que han conseguido dignificar el exiguo espacio de la Capilla del Simpecado de la Hermandad de Jerez en el Rocío. Tal ha sido haber vestido el balconcito de la espadaña, con un repostero morado enmarcando de galón dorado, rematándolo en sus esquinas con sendas tulipas, cuyos velones han permanecido encendidos durante las noches rocieras. Igualmente, han exornado el interior de la capilla del Simpecado, donde también descansan los banderines, cobrando mayor carácter y religiosidad.

Dignos de mención son los cubre ruedas de la carreta orlados de campanillas, así como el haberla adornado con flores y telas del color con el que se identifica la hermandad rociera jerezana.

Trabajos que por su exquisita factura son perfectamente identificables con el equipo que tan acertadamente formó hace cuatro años Fina Pliego Barrios, la actual camarera de la Hermandad del Rocío de Jerez.