Piden ocho años de internamiento para el acusado del crimen de María Esther
El menor, al que se le atribuye un delito de asesinato, lleva cinco meses en un centro de reforma por la muerte de la niña gaditana
MÁLAGA. Actualizado: GuardarLa Fiscalía ha solicitado ocho años de internamiento y cinco más en régimen de libertad vigilada contra el menor de 17 años detenido como presunto autor del crimen de María Esther, la niña de 13 años, natural de Alcalá de los Gazules, que fue hallada muerta el pasado mes de enero en la localidad malagueña de Arriate, tras ser dada por desaparecida durante varios días.
El escrito de acusación considera que la forma en que murió la pequeña constituiría un delito de asesinato. Su cadáver apareció con varios golpes en la cabeza, oculto en la caseta de una depuradora a las afueras del pueblo malagueño.
El Ministerio Público ha remitido esta misma semana sus conclusiones provisionales al Juzgado de Menores número 1 de Málaga, que es el que lleva el caso. La petición de ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada (con un seguimiento especial por parte de la Fiscalía) supone en conjunto la medida más severa que se puede solicitar para el tramo de edad del imputado, que fue detenido el 3 de febrero por la Guardia Civil .
El cuerpo de María Esther Jiménez había aparecido dos semanas antes. La habían golpeado con una piedra de casi cuatro kilos que fue hallada en el escenario del suceso.
El juzgado de Menores decretó como medida cautelar el ingreso del presunto asesino en un centro de reforma mientras proseguía la investigación. Lleva casi cinco meses internado. En ese tiempo, la Fiscalía ha tomado declaración a numerosos testigos, la mayoría de ellos vecinos del pueblo. Finalmente, a primeros de junio, el Ministerio Público citó al menor acusado del crimen, quien se declaró inocente de los hechos que se le imputan.
Interrogatorio
Durante el interrogatorio, el adolescente reconoció haber estado la tarde de la desaparición de María Esther -el 19 de enero- en la marquesina del autobús que es punto de encuentro de los jóvenes de Arriate, según explicó el abogado que lo asiste, Andrés Gálvez. A preguntas de la fiscal, el menor también respondió que había estado algunas veces en la caseta de la depuradora donde apareció el cuerpo de la pequeña, pero aclaró que era un lugar donde solían reunirse para hacer botellón.
No obstante, según el letrado, el joven acusado precisó que nunca se citó allí con la niña y negó haber tenido desavenencias con ella. Cuestionado sobre las pruebas de ADN halladas en la ropa de la malograda niña, en la piedra con la que la mataron y en la puerta de la caseta, que corresponden al menor, el letrado defensor apuntó que su cliente reconoció haber estado en la depuradora un par de días antes del crimen; dijo que fue en compañía de un amigo y que removieron todo el interior en busca de unos ordenadores que habían sido robados en un instituto.
Hay varios menores imputados por ese hurto, ya que uno de ellos, al ser citado por la Guardia Civil como testigo por el crimen de María Esther, confesó que si hallaban sus huellas en la caseta era porque habían ocultado en ella los equipos informáticos, y no porque tuviera algo que ver con la muerte.