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«Es un ejemplo de terrorismo laboral»
Los trabajadores iniciarán las movilizaciones cuando les comuniquen los motivos del cese. El comité de empresa sospecha de una posible deslocalización de la producción. Visteon anunció ayer por sorpresa el cierre de su planta de El Puerto con el despido de 396 trabajadores
Cádiz Actualizado: GuardarEl comité de empresa de Cádiz Electrónica, la filial de Visteon que ayer anunció el cierre, han calificado la situación como "un ejemplo auténtico de terrorismo laboral". Durante una rueda de prensa celebrada esta mañana, han explicado que los representantes de la compañía los metieron en un autobús sin decirles el destino y "sin opción a réplica" y les comunicaron que la fábrica va a cerrar. Ante este anuncio, ya trabajan en un calendario de reuniones y movilizaciones. Las protestas se iniciarán una vez que reciban toda la documentación legal que aún no les ha proporcionado la compañía.
Jesús Serrano, secretario general de Industria de CC OO, ha resaltado que "no se ha presentado la documentación necesaria, ni se han argumentado motivos reales para el cese de la actividad". Es más, ha asegurado que mientras el comité transmitía a la plantilla la decisión, la compañía apagó el servidor central del que depende toda la maquinaria de la planta gaditana, dedicada a la construcción de componentes electrónicos para automoción. Según ha comentado, los representantes de la compañía, miembros de la dirección europea de Visteon, les explicaron que se han cerrado otras 35 plantas en todo el mundo y hablaron de la situación de la factoría portuense que ya no consideran rentable. En este punto, los sindicatos han resaltado que "siempre ha dado beneficios" y que se calculaban ganancias de entre 40 y 50 millones para los próximos años.
Si bien es cierto que el descenso de pedidos ha sido notable, han asegurado que "contaban con carga de trabajo suficiente para este año y que les consta que hay producción que se ha desviado a otros lugares como China". Bartolomé Bruzol, presidente del comité, ha insistido en que el cierre "no tiene ninguna justificación" y ha instado a partidos políticos, administraciones públicas y a la sociedad en general a "pelear por la continuidad de esta planta en la Bahía. En total, este cierre afecta a 450 personas, entre fijos y trabajadores externos. Eso sin tener en cuenta a proveedores y empresas auxiliares que proporcionan material y colaboran con la producción de Cádiz Electrónica.
Diego Peces, secretario general del Metal de UGT, ha admitido que ve semejanzas con Delphi, pero ha considerado que las formas que ha adoptado esta compañía "son incluso peores". Ha recalcado que "rozan la ilegalidad" al presentarse sin documentación y sin informar a la autoridad laboral. "No nos consta que se haya hecho ninguna comunicación a la Junta ni al Ministerio".
La edad media de la plantilla ronda los 42 años y la mayoría son técnicos con un título de FP de Electrónica. Calculan que el 25% son mujeres, uno de los porcentajes más altos de las empresas industriales de la Bahía. De la fábrica gaditana salen habitualmente prototipos de sistemas antirrobo y antibloqueo de los principales modelos de automóvil de gamas media y alta. La factoría portuense ha estado en activo desde 1989, primero como filial de Ford y luego en manos de Visteon, que mantenía al constructor estadounidense como principal cliente.
396 personas a la calle
Cuando los trabajadores de Visteon terminaron su jornada el miércoles nada hacía prever la sorpresa que se desayunarían ayer. La primera imagen del día fue la del comité de empresa subido a un autobús en dirección a Jerez para hablar de la situación de la compañía. Y pocos minutos después la noticia dejaba en 'shock' a toda la plantilla: la dirección cierra la filial de El Puerto -Cádiz Electrónica S. A.- y pone en la calle a 396 trabajadores tras 23 años de actividad. La decisión es definitiva, irrevocable y con carácter de urgencia. Tanto es así que ya durante la mañana se cortó el suministro eléctrico y dejó sin ocupación a los pocos operarios que aún permanecían al pie de la producción.
«Un nuevo Delphi en la Bahía», repetían algunos de los trabajadores mientras iban abandonando las instalaciones. Las similitudes son muchas, se trata de una compañía especializada en la fabricación de componentes electrónicos para automóviles y hace el anuncio de la noche a la mañana vía comunicado. En esta nota justifican los motivos del cierre en «un importante descenso de los pedidos y una pérdida de competitividad de la tecnología de la fábrica».
Aseguran que «ante la ausencia de nuevas líneas de negocio que pudieran cubrir la producción actual de la planta y tras un exhaustivo análisis de las perspectivas a largo plazo, la compañía no ve viable continuar con la actividad». El tsunami laboral en la Bahía no va a arrastrar a ninguno de los cuatro centros que Visteon tiene en España, vinculados históricamente a Ford. Garantizan que «seguirán funcionando con total normalidad».
En lo que respecta a Cádiz, la situación no puede ser más dramática. Se trata de una plantilla consolidada de casi 400 trabajadores. La mayoría pasa ya de los 40 años y todos están establecidos en la Bahía. A ellos hay que sumar también los empleados eventuales y externos, así como los proveedores, que también se verán afectados. Ayer la compañía lamentó en el comunicado el impacto que tendrá el cierre y se comprometió a trabajar con el comité para alcanzar un acuerdo adecuado que «minimice, en la medida de lo posible, el impacto social de la medida». Sin embargo no habló de reubicaciones ni soluciones alternativas.
Movilizaciones inmediatas
El comité de empresa ya ha comenzado a elaborar un calendario de movilizaciones, pero no será hasta hoy cuando informarán sobre los pasos a seguir. Ayer era difícil hablar con sus miembros, totalmente desconcertados por el anuncio. Jesús Serrano, secretario general de industria de CC OO Cádiz, consideró que «los motivos para el cierre no están lo suficientemente justificados y asegura que no es una cuestión económica». También criticó el procedimiento, «sin un aviso previo y sin presentar siquiera la documentación obligatoria».
Tampoco se ha informado a la autoridad laboral, en este caso el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, que admitió haberse enterado por el comité de empresa y ayer inició las gestiones para hablar directamente con la compañía y conocer la situación de primera mano.
Sin pérdidas
Las cuentas de Cádiz Electrónica, filial de la multinacional estadounidense, pasan por su peor momento. El último balance hecho público indica que las ventas cayeron un 68% entre 2007 y 2009. De 244,8 millones de euros anuales la facturación bajó hasta los 76,6 y las previsiones para el año pasado indicaban que esa cifra apenas iba a variar. De hecho, la fábrica registró pérdidas por primera vez en 2008, pero en ningún caso fueron millonarias. Ese año cerró con un negativo de 568.000 euros, que logró estabilizar en 2009, alcanzando el equilibrio presupuestario.
Las tensiones en Visteon vienen de lejos. Ya en 2005 se hablaba de una posible venta de la planta portuense ante la dura competencia de las economías emergentes, entonces la plantilla estaba compuesta por más de medio millar de personas. El cierre de Delphi desató los peores temores y hubo reuniones con la Junta para abordar la situación de Cádiz Electrónica. De aquellos encuentros se dejó claro que la producción continuaba y la carga de trabajo estaba asegurada hasta 2010, más allá de ese horizonte no hubo respuesta y en 2009, con el mayor descalabro de las ventas, vino un expediente de regulación de empleo temporal.
Durante los últimos años, la filial apenas ha recibido subvenciones para la producción o para renovar maquinaria. No hay ningún compromiso con la Consejería de Innovación, según informaron ayer fuentes oficiales, y tampoco constan ayudas recientes con el Estado. Las últimas que recibió fueron del año 2000 cuando la Dirección General de Industria, Energía y Minas le destino 1,62 millones de euros para la promoción y desarrollo del sector industrial, según recoge el BOJA número 22 del 22 de febrero de 2000. Tres años antes había recibido una cuantía similar del Estado por ser una zona de promoción económica, tal como recoge el BOE 140 del 12 de junio de 1997.