Editorial

Calendario afgano

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La muerte de Bin Laden a principios de mayo ha facilitado mucho el proceso de retirada gradual de las tropas norteamericanas (y, por tanto, de la coalición internacional) de Afganistán. Si hace ya tiempo que el objetivo confesado era, sencillamente, que el país no fuera un refugio seguro para Al-Qaida, la muerte del jefe terrorista y fundador de la red ha ayudado mucho. El compromiso de salida que ayer el presidente Obama reafirmó y encuadró temporalmente, aunque sin un calendario cerrado, era anterior a la muerte de Bin Laden y fue anunciado en otoño pasado cuando, a petición del Pentágono, accedió al envío de otros 30.000 soldados. Refuerzo y plan de salida simultáneo parecía un contrasentido, pero el presidente parece en posición de mantener su diseño. Además, y en tiempo de crisis, la guerra cuesta 10.000 millones de dólares al mes y tampoco hay que excluir ventajas pre-electorales porque Obama quiere llegar a noviembre de 2012 con la guerra en vías de extinción. El tiempo dirá si esto es posible.