Gerard Figueras. Presidente de las Juventudes de CiU. Le pararon este fin de semana mientras conducía a 165 por hora y sin puntos. :: R. C.
Sociedad

Los traviesos 'delfines'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Gerard Figueras era un tipo respetable que, además de apretar el botón en las votaciones del Parlament de Cataluña, apretaba el acelerador. En sus ideas se parece a un joven Jordi Pujol, pero en la manera de conducir es más de Jenson Button. Los Mossos d'Esquadra no le vieron la gracia a los 165 kilómetros por hora que marcaba su coche, 55 por encima de lo permitido en España. Le hubieran multado y quitado unos cuantos puntos si aún los tuviera. Figueras se había pulido la cuenta de puntos de su carné de conducir a base de multas por exceso de velocidad. En dos días, la marea del escándalo ha llegado muy rápido al multado, que es presidente de las Juventudes Nacionalistas de Cataluña, los cachorros de CiU. El suyo es uno más de esos casos no tan aislados en los que los traviesos 'delfines' de los partidos políticos dan la nota antes que el ejemplo.

El del parlamentario catalán se ha convertido en una demostración del teorema de 'haz lo que yo diga, no lo que yo haga'. Conducir sin carnet puede ser cosa de una juventud alocada, pero no debería ser una actitud a seguir. Sin carnet y a lo loco. Así llegó Figueras al Juzgado de Instrucción de Reus, y de ahí al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, donde se dirimirá su caso, al tratarse de un parlamentario, veloz, sí, pero elegido por el pueblo. La guinda del polémico pastel la ponen las excusas de Figueras ante el suceso. Corría por un sentido patriótico. Tal compromiso había adquirido con la sociedad catalana que representa, que asegura haber perdido los puntos por tener que estar en demasiados sitios en poco tiempo, no por la afición a llegar antes, sino por su cargo. Literalmente. «Tengo el mal vicio de no decir nunca que no cuando me piden que esté en un acto, sea donde sea dentro de Cataluña. Querer llegar a todas las partes me ha obligado a forzar la máquina más de lo que debía. No hay mala fe, simplemente la buena fe de querer estar me ha llevado a perder todos estos puntos». También pidió disculpas y aseguró sentirse «arrepentido».

Lo de Nacho Uriarte fue más mundano: volvía de su despedida de soltero a casa en febrero de 2010. Según fuentes del Partido Popular, el presidente de Nuevas Generaciones protagonizó un accidente sin importancia al colisionar con un vehículo parado. Mientras completaban un atestado amistoso, pasó un coche de la Policía Local que comprobó que sobrepasaba los límites de alcoholemia. Fue juzgado por el Tribunal Supremo, condenado de acuerdo con la Fiscalía a ocho meses sin tocar un volante y 2.400 euros de multa. Como consecuencia del incidente, dejo su cargo como -abróchense los cinturones- vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados. Su delito podía ser común; su cargo, no.

Jóvenes, peligro absoluto. Al menos, según las escandaleras que forman de vez en cuando los miembros de la cantera de los partidos. Hay casos para todos los gustos y las campañas son su momento estelar. Raros son los comicios en los que estos grupos -que en un principio deberían promover el 'fair play'- no dan la nota en las comisiones electorales. Una de vídeos: en 2007, las Juventudes Socialistas emiten un corto promocional en el que ridiculizan a un votante del PP vestido con un flequillo enorme, acento pijo y un polo rosa con un cocodrilo gigante en el pecho.

'Alicia Croft'

Año 2010. Nuevas Generaciones presenta para las elecciones catalanas un juego en el que su candidata, Alicia Sánchez Camacho, convertida en Alicia Croft, dispara a grupos de inmigrantes ilegales. Un año antes, Juventudes Socialistas había publicado una serie de vídeos en la campaña a las Europeas en los que ridiculizaban a Mayor Oreja, un candidato con banda de alcalde y cuerpo de pabellón auditivo que se llamaba 'Oreja mayor'. ¿Cosas de niños? En algunas ocasiones, han ido mucho más lejos. Recientemente, un periódico ha acusado al sobrino del ex delegado de Trabajo de la Junta de Andalucía en Huelva de firmar en nombre de su tío. Era miembro de las Juventudes Socialistas de Lucena del Puerto, su pueblo. El tío ha dimitido.

A Jaime Ferrero le cogieron con las manos en los gatos. Se había dedicado a cazar felinos junto a dos amigos y exhibían en fotos sus cadáveres en las manos, muertos ellos de risa. La Asociación El Refugio los denunció y Nuevas Generaciones tuvo que pedir, de nuevo, disculpas. Ferrero era uno de los cabecillas de la organización en Talavera de la Reina (Toledo) y su nombre había estado en la lista popular a la alcaldía. Expulsado en el acto.