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Maestro del sexo
'Follamigo', 'puticantano', 'fiesta del semáforo', 'frontón'... Un catedrático reúne 6.200 palabras 'calientes' en su 'Diccionario del sexo y del erotismo'. El autor advierte: «Esta obra erotiza mucho»
Actualizado: GuardarFélix Rodríguez González tiene hasta un 69 en su número de teléfono móvil. No podía ser menos en alguien que ya mostró estar dispuesto a recorrerse día y noche el barrio de Chueca con un fin académico: fraguar el 'Diccionario Gay Lésbico', una obra repleta de términos cachondos como 'ser del Sevilla y del Betis' (ser bisexual) o 'agencia Efe' (mariquita cotilla que está muy al tanto de los chismes relacionados con el 'ligoteo' de su ambiente). O con curiosas revelaciones. ¿Sabían que 'gay' se remonta al inglés medieval con el significado de «espléndido, hermoso y alegre»? Así lo recoge el maestro del sexo. Pero Félix Rodríguez ha cambiado ahora de palo. O no tanto. En 2008 ya fue pionero recogiendo en su diccionario el primer compendio de términos gays-lésbicos, un torrente de más de 1.500 vocablos. Ahora ha ido más lejos. Hoy (arropado por el escritor Eduardo Mendicutti) presenta en la Universidad de Alicante el 'Diccionario del sexo y del erotismo' (Alianza Editorial, 40 euros de precio), un erógeno compendio que apenas cuenta con el precedente del 'Diccionario secreto' escrito por Camilo José Cela en 1967 y que reúne más de 6.200 expresiones sexuales sacadas de la calle, los medios de comunicación y la literatura.
Porque Félix Rodríguez es catedrático de Lingüística Inglesa de la Universidad de Alicante. Pero su verdadera especialidad es el hispanismo. «Llevo más de 20 años impartiendo clases sobre argot y estudiándolo a fondo». Un cazador de nuevas palabras. En 2005 ya salió de sus manos el 'Diccionario de Argot Militar', el primero de España en la materia. Y antes de meterse en harina sexual andaba 'buscando el punto G' de otra idea, el 'Diccionario de la droga', su próxima y también pionera criatura. A la caza y captura de 'chutes', 'caballo', 'farlopa', 'anfetas' o 'mierda'. Lo dejó de lado al emocionarse la editorial con su proyecto sexual. «Esto erotiza mucho más que la droga», justifica entre risas.
Él ha pasado cuatro años erotizándose, el tiempo que lleva rastreando en el argot del sexo palabras tradicionales y no tanto. Desde 'derecho de pernada', la medieval potestad que permitía a los señores feudales pasarse por la piedra a toda plebeya que fuera a contraer matrimonio, a 'follamigo', «ese individuo, generalmente hombre, con derecho a algo más que hablar con una amiga». 'Éramos follamigos y se nos fue de las manos', reza una irónica y concurrida página de Facebook sobre un término parece que inicialmente 'acunado' por la exitosa serie 'Sexo en Nueva York'. Rodríguez González ha buceado en todos los ámbitos para forjar una obra de 1.152 páginas. Ambientes mundanos, como internet, locales de copas o a pie de calle. Pero también culturales: expresiones de la novela negra o empleadas por escritores como el propio Mendicutti, Raúl del Pozo, Francisco Umbral ('fornifollar'), Luis Antonio de Villena ('mariliendre') o Juan Eslava, tienen cabida en este singular diccionario.
Hasta de sus alumnos obtiene la inspiración. «Me quedé emocionado un día que una chica me habló de 'la fiesta del semáforo'. Y luego comprobé su veracidad. Son fiestas en pubs en las que los chavales lucen pegatinas rojas, amarillas o verdes, en virtud de si están más o menos abiertos a ligar. Y luego, pues algunos 'erasmus' llevan una pegatina roja y otra verde, como diciendo, tengo novia pero bueno, no me cierro a nada...», concluye con risa socarrona. Hasta seis páginas dedica en su diccionario a una expresión tan extendida como 'echar un polvo'. O 'ninfomanía', «que allá por el siglo XVIII se consideraba una enfermedad sexual y hoy solo define a mujeres muy activas sexualmente. Antes hasta se las encerraba en manicomios a las pobrecitas», se solidariza el catedrático.
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