Rubalcaba prescinde de Blanco para su campaña electoral
El número dos del PSOE afirma que fue él quien decidió no asumir ese reto ante las elecciones más difíciles para su partido en 30 años
MADRID. Actualizado: GuardarCambio y continuidad. La fórmula anunciada por Alfredo Pérez Rubalcaba en su papel de candidato socialista ya tiene su primera expresión. El vicepresidente primero del Gobierno ha encargado la dirección de su campaña a la secretaria de Relaciones Internacionales y portavoz del comité electoral en las pasadas autonómicas y locales, Elena Valenciano. Es la primera vez en 11 años -si se obvian las europeas de 2009- que la tarea no recaerá en el hoy vicesecretario general del partido, José Blanco.
La decisión fue anunciada ante la comisión ejecutiva por el propio número dos de la formación. Según fuentes presentes en el encuentro, Blanco contó ayer que la idea fue suya y que tiene intención de implicarse a fondo, pero no ya desde los cuarteles generales del partido sino recorriendo el territorio.
Las explicaciones que ofrecen en su entorno son variadas. Dicen que lo tenía pensado desde hacía tiempo y que dos meses atrás ya trasladó a su círculo más íntimo que deseaba que esa responsabilidad recayera en otras manos, ahora que iba a cambiar el candidato. Pero lo que nadie aclara es por qué él, que fue uno de los principales actores de la operación diseñada para situar a Rubalcaba como cabeza de cartel del PSOE, creía que no era la persona adecuada para conducirlo al mejor resultado electoral posible.
Sus afines sostienen que la tarea le habría exigido casi dedicación exclusiva, que no es muy compatible con mantener sus responsabilidades al frente del Ministerio de Fomento mientras se recorre España de mitin en mitin y que, de hecho, la campaña del 22 de mayo, la única que ha dirigido desde que entró en el Ejecutivo, en abril de 2009, ya se resintió de su perfil multitarea. Aseguran que, además, tampoco quería hacerse cargo de estos comicios, que ya se preveían más que complicados, y que si lo hizo fue porque José Luis Rodríguez Zapatero se lo pidió. Lo cierto es que, siendo ya ministro, cuando los socialistas se enfrentaron a su primera derrota seria en las europeas, pero el futuro aún no se veía tan negro, no pensaba que su cargo fuera a ser un problema. «¿Queréis mi valoración? Pues es que ganaremos las elecciones en el 2012; lo haremos con la misma política y, además -dijo airado en una charla informal con periodistas en el Senado-, yo seré quien coordine la campaña».
Aquella había sido la primera contienda de la que él no se había hecho cargo y, en su lugar, la había dirigido la entonces secretaria de Organización, Leire Pajín. En aquel momento, Blanco solo tenía en su haber victorias y una derrota por la mínima, en las locales de 2007.
Distancia
El caso es que Rubalcaba, que ha querido dar a entender que si se presenta a las generales es solo porque en su partido le insistieron en que era el único que podía llevar la nave a buen puerto, no ha exigido al número dos del PSOE que comparta con él sacrificio. Fuentes cercanas al vicepresidente primero encuentran una «lógica» en esta decisión. Sostienen que da «autonomía» al candidato porque le convierte en propietario de su proyecto y que, por otro lado, diluye la idea -ya fuertemente instalada- de un pacto turbio entre el vicepresidente y el vicesecretario general para gestionar la herencia de Zapatero.
La sustituta de Blanco es, en todo caso, una de sus más estrechas colaboradoras en el partido. Y otro tanto se puede decir de quien actuará como segundo en el comité electoral, Antonio Hernando. Son personas de confianza de Rubalcaba, pero también del número dos de los socialistas y no hay nadie en el partido que no lo sepa.
No en vano, fuentes del núcleo duro de la formación, afirman que Blanco nombró a Valenciano número dos del comité electoral para la campaña de las municipales a fin de «prepararla» ante el reto que se le venía encima. Su experiencia, aun así, es dilatada. Trabajó siendo muy joven en Ferraz, desde finales de los setenta a mediados de los ochenta, antes de lanzarse a la política europea. Y regresó, primero a medias y luego definitivamente, para formar parte del Comité Federal en 2000 y de la Ejecutiva en 2007.
Rubalcaba tiene también a partir de hoy un equipo encargado de la elaboración del programa que se discutirá en la conferencia política del 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre, es decir, la base de su proyecto electoral. La coordinación del trabajo recaerá, como siempre en los últimos años, en Jesús Caldera, pero también, por deseo muy personal del candidato, en la exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona -«es para frenar a 'Equo'», bromean en el PSOE-.
El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, se ocupará del área de políticas sociales; Micaela Navarro, la consejera andaluza del ramo, del capítulo de Igualdad; Inmaculada Rodríguez Piñero, número dos de Fomento, de economía e infraestructuras. Al ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, le tocará coordinar las propuestas en materia de empleo y a la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, lo hará en investigación, desarrollo e innovación.