PAN PARA HOY

SALIR

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Papá, mamá, tengo que deciros algo. Antes de nada, quiero que sepáis que os quiero mucho, que estoy muy orgulloso de vosotros, que estoy yo muy bien, pero no puedo ocultar más mi condición; soy gay. Sí, papá, como el presentador de 'Supervivientes'. Olé. Frases de este tipo habrán hecho temblar los cimientos culturales de miles de familias en las últimas décadas. Y las que quedan por llegar. Es lo que se llama salir del armario a lo grande, con la familia reunida en el salón una tarde de domingo cualquiera, y con la consiguiente colección de miradas ojipláticas y bocas abiertas. En algún momento de la vida a todos nos ha tocado o nos tocará reunir a los seres queridos para lanzarles el clásico bombazo que libera de presión al conferenciante y obliga a recomponer el cariño a los oyentes forzados. Los temas que propician estas 'salidas de armarios' pueden ser varios, siempre espinosos y, casi siempre, relacionados con los lazos que nos unen a las personas. En nuestra cultura urbana y supuestamente civilizada, estos trances equivaldrían a la prueba de hombría a la que, según dicen los documentales de mi televisión, se tienen que enfrentar los jóvenes guerreros, en las culturas de lanza y taparrabos, para ser considerados hombres: matar al león, cazar al dragón, etc. Y teniendo en cuenta los últimos hervores sociales que estamos ubicando en nuestro maltrecho sistema de valores -me refiero a los movimientos pacifistas de protesta conocidos como 'los indignados'-, me ha dado por imaginar alguna escena similar. Claro, porque estamos hablando de decenas de miles de personas que han irrumpido en la escena de repente, y la abuela sigue pariendo. Supongo que habrá algunos que vengan de familias de larga tradición de indignación, pero los habrá de buenas cunas, o de lo que se conoce como clase media acomodada. 'Papá, mamá, tengo algo que deciros. La langosta estaba en su punto, me encanta la casa nueva de la sierra, os querré siempre, pero quiero que sepáis que soy un indignado. No me esperéis para cenar, pero no alquiléis mi habitación hasta saber como acaba todo esto. Pasen buen día'.