La ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, charla con su homólogo griego, Evangelos Venizelos. :: VIRGINIA MAYO / AP
Economia

La zona euro inicia la cuenta atrás en otro intento de salvar a Grecia

Los ministros de Economía negocian el segundo rescate bajo las directrices marcadas por el pacto entre Merkel y Sarkozy

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los ministros de Economía de la zona euro se pusieron ayer manos a la obra para trasladar al papel el pacto alcanzado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy para el segundo rescate de Grecia. Los titulares de Finanzas de los 17 países de la moneda única empezaron a debatir la fórmula para implicar a los inversores privados en el nuevo salvavidas que podría superar los 100.000 millones de euros. La reunión puso en marcha el cronómetro para lograr un acuerdo en cuestión de semanas y evitar nuevas tensiones en los mercados.

La canciller alemana aceptó en el encuentro del viernes con su homólogo francés apostar por una participación voluntaria de los acreedores privados de Grecia. Hasta entonces, Berlín había asustado a los mercados con su propuesta de forzar una ampliación de siete años en el plazo de vencimientos de los títulos helenos. La idea fue rechazada sin ambages por el Banco Central Europeo (BCE), que llegó a comparar sus consecuencias con un Lehman Brothers a escala comunitaria. En opinión del supervisor con sede en Fráncfort, si el plan germano se aplicara Atenas sería acusada de impago, lo que podría ser devastador para la zona euro.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, evocó el sábado la cadena de contagios que podría provocar una reestructuración de las obligaciones griegas. «La quiebra alcanzaría primero a Portugal e Irlanda. Después irían Italia y Bélgica, que sufrirían las consecuencias incluso antes que España debido su alto nivel de deuda», aventuró el primer ministro luxemburgués en una entrevista con un rotativo alemán. Juncker censuró el comportamiento de Alemania, a quien culpó de «encarecer» el segundo rescate griego por su exigencia de implicar al sector privado.

Pese al malestar del jefe del Eurogrupo, el ambiente que se respiraba en la primera jornada de la cumbre que se celebra en Luxemburgo transmitía cierto optimismo. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, llamó a alcanzar «rápido» un acuerdo como reclamaron Merkel y Sarkozy. Según 'Der Spiegel', el responsable económico germano ya habría presentado una propuesta al BCE para reforzar la solvencia de los bancos griegos ante su elevada exposición -46.000 millones de euros- a la deuda de su país. La medida beneficiaría indirectamente a las entidades francesas y alemanas, grandes tenedoras de obligaciones helenas.

Los ministros de Economía negocian la implicación de los bancos con la Iniciativa de Viena como base. Este pacto se forjó en 2009 para evitar que las entidades huyeran de los países del este de Europa en el cenit de la crisis financiera. El planteamiento consistiría en trasladar este acuerdo de caballeros con altas dosis de influencia política al escenario griego. El problema ahora es determinar las cantidades que los bancos se comprometerán a seguir invirtiendo en deuda helena y el tiempo que durará el programa. En la única estimación oficial realizada hasta ahora, el ministro de Economía belga cifró en 25.000 millones la aportación de las entidades.

El segundo gran asunto que se encuentra sobre la mesa es la aprobación del quinto plazo del rescate griego diseñado en 2010. En principio, no debería haber problemas para firmar este cheque de 12.000 millones imprescindible para evitar la bancarrota de Atenas. Su entrega está supeditada a una serie de ajustes que el Gobierno heleno ya se ha comprometido a llevar a cabo. El nuevo titular griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, se estrenó en el Eurogrupo tras su nombramiento el pasado viernes. El exministro de Defensa subrayó el «fuerte compromiso» de su Gobierno y de la ciudadanía helena con el programa de ajustes. Venizelos también protagonizó la anécdota del día cuando intercambió las primeras impresiones con sus homólogos. El responsable socialista se presentó como la «nueva víctima» del Eurogrupo ante Christine Lagarde y Elena Salgado. La ministra gala, sin embargo, le expresó su admiración por haber aceptado el cargo en un momento tan difícil.