LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

IV centenario de la Universidad Santo Tomás de ManilaXxsxsxsxlllsxsxsxsx xsxsxsxsxsxsxsx

COMANDANTE DE CABALLERÍA, ABOGADO Y ECONOMISTA Actualizado: Guardar
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El Bicentenario de las Cortes de Cádiz, en su dimensión hispanoamericana, nos brinda la ocasión no solo de profundizar en nuestra común historia de principios del siglo XIX, sino que, por extensión, nos permite también recordar la historia anterior, ayudándonos así a comprender mejor los acontecimientos de hace doscientos años. En el caso de Filipinas, es penoso el olvido en que se hunde el recuerdo de la gran aventura asiática de España, aunque ese olvido solo es semejante al existente en el Archipiélago con respecto a España, debido entre otras causas, al proceso de aculturación llevado a cabo por los EE UU tras su invasión en 1898. Cuando visité la celda de José Rizal en el Fuerte Santiago de Manila, en cuyo lúgubre habitáculo escribió antes de su muerte el bellísimo poema 'Mi ultimo adiós', una sonriente azafata me ofreció la traducción al español del mismo, y no pude reprimir hacerle la observación: 'sorry, this is the original'. Rizal, como todos los filipinos cultos de su época, escribía en español, y por eso, la primera Constitución de Filipinas, la 'Constitución de Malolos' de 1899, copia casi literal de la nuestra de 1868, por lo que está escrita igualmente en español.

Desde que el adelantado Miguel López de Legazpi fundara la actual Manila en 1571, se inició una intensa actividad creativa de centros de enseñanza gracias al celo de la Corona Española, de los dominicos, jesuitas, agustinos, franciscanos, así como también, de particulares. El mismo año 1571 los jesuitas levantaron el Real Colegio de San José, y en 1594 los franciscanos fundan el Colegio de Santa Potenciana, ambos bajo el patrocinio de Felipe II. Para atender a huérfanos e indigentes de Manila se crearon el Colegio de San Juan de Letrán y el Colegio de Santa Isabel. Las dominicas fundan con donaciones particulares el Colegio de Santa Catalina de Sena.

Hace ahora cuatrocientos años, los dominicos a instancias de Miguel de Benavides, tercer arzobispo de Manila, crearon el colegio de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, institución matriz de la Universidad de Santo Tomás. La fundación de la Universidad, fue producto de todo un proceso que se inicia el 4 de agosto de 1587, fiesta del fundador de la Orden, en que se celebró el primer acto académico, y culminó el 20 de noviembre de 1645 cuando el papa Inocencio X expide el Breve en el que ratifica la creación de la misma. La fundación de la Universidad se data el 25 de abril de 1611, por ser la fecha en que la Provincia dominica levantó acta de su constitución 'con la limosna que para ella se dedicó'. El doble fin de la Orden Dominicana -propter studium et praedicatoniem-, así como el alto nivel intelectual de los dominicos llegados a Filipinas, muchos de ellos doctores, algunos de los cuales abandonaron sus cómodas cátedras en la Península para ejercer el apostolado en las lejanas islas, propiciaron la creación del colegio de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, y su posterior conversión en Universidad.

Su nombre completo actual es Pontificia y Real Universidad de Santo Tomás, Universidad Católica de Filipinas. Aunque el titulo de Real -que lo sigue manteniendo- lo ostenta, de hecho, desde que Felipe III le concediera autorización para conferir grados académicos en 1619. Pero, es cierto, que propiamente lo adquirió tras serle otorgado por Carlos III en virtud de Real Cédula de 7 de marzo de 1785, como muestra de gratitud al comportamiento de profesores y alumnos en la defensa de Manila ante el ataque ingles de 1762, a consecuencia del cual, el rector de la Universidad puso a disposición de gobernador y capitán General cuatro compañías de soldados, compuestas por estudiantes de la Universidad íntegramente sufragadas por los fondos de la misma. Puede que éste fuera el primer acto de colaboración de una universidad española con su Ejército. El título de Real le fue concedido a condición de que «nunca tenga derecho pedir auxilio a mi Real Erario», cosa que al parecer han llevado a rajatabla, ya que la Universidad de Santo Tomas no le ha costado un solo peso ni a la Corona Española ni al Gobierno de Filipinas.

Lo mismo ocurre con el titulo de Pontificia, que si bien se usaba desde el Breve de Inocencio X, en realidad le fue concedido por León XIII en 1902, y el apelativo de La Universidad Católica de Filipinas, por el Pío XII en 1947. Debido al prestigio de la Universidad de Santo Tomas, Isabel II por Reales Órdenes dispuso en 1865 que el rector de la misma, ejerciera no solo las funciones propia de su cargo, sino también la Inspección de segunda enseñanza en todas las islas, lo que le hizo depender de su jurisdicción, constituyéndose así como la más alta autoridad académica en Filipinas. La Universidad de Santo Tomás otorgó el 5 de abril de 1926 el título de 'ingeniero honoris causa' a los capitanes del Ejército Español Eduardo González-Gallarza, (uno de los imputados por el juez Garzón), Joaquín Loriga Taboada y Rafael Martínez Esteve, quienes formaban la Escuadrilla Elcano y que realizaron el vuelo desde Madrid a Manila en 39 días, recorriendo los 17.500 kilómetros que separan las dos capitales. ¡Menuda proeza hace ochenta y cinco años! Varios expresidentes filipinos, políticos, militares, reputados profesionales e intelectuales, científicos, artistas, deportistas, e incluso santos, mártires o héroes nacionales como José Rizal, se encuentran entre sus antiguos alumnos. Actualmente es la mayor universidad católica del mundo.

España tiene el indiscutible honor de haber fundado la primera universidad en dos continentes, la primera de Asia, nuestra Universidad de Santo Tomas de Manila, así como la primera en América, la de San Marcos en Lima, fundada en 1551 también por los dominicos, aunque hay controversia acerca si la Universidad de Santo Tomas en la Hispaniola es mas antigua, ya que data de 1538. A pesar de tanta leyenda, cierta o inventada, resulta indiscutible el interés de España por la Educación en las Indias.