La protesta también llega a la junta del Banco Santander
Dos integrantes del movimiento expusieron sus quejas contra la banca en la asamblea de accionistas
SANTANDER. Actualizado: GuardarMedio centenar de personas, que se reivindicaron como pertenecientes al 15M, se manifestaron en las cercanías del Palacio de Exposiciones donde se celebraba la junta de accionistas del Banco Santander. Los 'indignados', que acampan en la plaza Porticada de la ciudad llevaron su voz hasta la asamblea de la entidad financiera. Para hablar ante la junta del Santander no hace falta ser millonario. Basta un desembolso de 7,50 euros para comprar una acción, y convertirse en propietario de un título. Esta es la condición que a partir de 2003 da derecho a tomar la palabra ante la asamblea, y a disponer de una audiencia potencial de cientos de miles de personas puesto que el acontecimiento se difunde vía Internet para que los 3,5 millones de accionistas de la entidad puedan seguir el acto y hasta participar en el turno de preguntas.
Dos miembros o afines al movimiento 15M, que no quisieron proclamarse portavoces, intervinieron en la junta. El primero de ellos dijo hablar en nombre de su hija y de miles de jóvenes como ella con el futuro hipotecado. Tomó como referencia a los indignados para criticar los multimillonarios sueldos de los banqueros y el «esclavismo» al que se ven condenados los trabajadores por culpa del «canibalismo de la economía especulativa». «Ustedes son los que gobiernan a los que dicen ser nuestros gobernadores», acusó, en referencia a la «dictadura que imponen los mercados».
Carlos Pesquera, identificado igualmente con el 15M y que en ocasiones ha ejercido como su representante, proyectó las aspiraciones de los jóvenes de cara al futuro. «No se puede pensar que el actual sistema pervivirá y ya basta de hipotecar el futuro a base de alimentar un sistema moribundo», dijo. Denunció ante la mirada de Emilio Botín y la plana mayor de altos ejecutivos del banco que la crisis no se puede resolver con «un agujero más en el cinturón» de los ciudadanos. Invitó a destruir el anclaje «con el cadáver putrefacto de esta situación», y animó a los asistentes a la junta a unirse a las asambleas de 'indignados'. «No os invito a sumaros por los pobres ni por los parados, sino por el futuro de nuestros hijos», invocó.
El presidente del primer grupo bancario español se mostró con estos «accionistas» bastante más tolerante que con sus habituales críticos. No obstante, apenas respondió a sus mensajes, y les remitió a los programas del banco para dar empleo a los jóvenes.
Mientras, en el exterior cerca de medio centenar de integrantes del movimiento 15M jaleaban la reunión con pitos y entrechocar de cacerolas, un concierto aderezado con gritos de «Botín, ladrón, queremos tu pensión», uno de los más coreados, y «queremos becas, no hipotecas», «poca vergüenza y mucha corbata» o «la próxima junta todos al [penal del] Dueso».