«Lo que España necesita son reformas, trabajo y confianza», aconseja Botín
El presidente del Santander elude hablar sobre la investigación por fraude a la espera de que se pronuncie la Audiencia Nacional
SANTANDER. Actualizado: Guardar«Estoy convencido de que España saldrá de la crisis como lo ha hecho siempre en momentos difíciles». Ya dispone de empresas muy competitivas, y los jóvenes integran la generación más preparada de la historia. Lo que necesita ahora son «reformas, trabajo y confianza». El presidente del Santander, Emilio Botín, formuló estas recomendaciones en su discurso ante una junta de accionistas sobre la que planeó la investigación que por presunta evasión fiscal ha iniciado la Audiencia Nacional sobre doce miembros de su familia.
«Yo no comento temas judiciales», interrumpió Emilio Botín al accionista que le interpeló sobre su situación, y que después pidió su separación del consejo. Se trataba de uno de los críticos que, desde la adquisición del intervenido Banesto de Mario Conde por parte del Santander, han emprendido con escaso éxito decenas de procedimientos contra los principales administradores del banco cántabro. En el pleito fiscal, la familia Botín considera que ha regularizado completa y voluntariamente los fondos 'opacos' mantenidos en Suiza durante decenas de años, al pagar 200 millones por unos depósitos estimados entre 800 y 1.000 millones de euros.
Visiblemente más nervioso que en otras ocasiones, Botín tuvo que escuchar como este mismo accionista le llamaba maleducado por quitarle el uso de palabra. «Si no le gusta lo que digo, no me deje entrar», le desafió.
Botín tuvo que salir también en defensa del vicepresidente y consejero delegado, Alfredo Sáenz, condenado por el Tribunal Supremo a penas de prisión e inhabilitación por unos hechos que se remontan 17 años atrás, en tiempos del reflotamiento de Banesto, y para quien se ha pedido el indulto. «Sáenz es el mejor consejero delegado de la banca y ha prestado servicios importantísimos al sistema financiero español y al Santander», afirmó con rotundidad el presidente, para confirmar su permanencia en el puesto. Las propuestas de remoción de Botín y Sáenz, votadas al término de la junta, apenas consiguieron un mínimo apoyo de sus promotores entre el accionariado.
Repetir beneficio
Estos 'temas judiciales' ocuparon buena parte del tiempo de la asamblea. Al margen de estas inquietudes, las explicaciones del presidente y del primer ejecutivo de banco se volcaron en el presente y el futuro del negocio. Así, Emilio Botín anunció que los beneficios de 2011 estarán «en línea» con los 8.181 millones ganados durante el pasado ejercicio.
El presidente del Santander consideró decisivo el papel a desempeñar por la banca en esta fase de recuperación de la economía española. «Es clave que los proyectos solventes y los sectores productivos de nuestra economía reciban la financiación necesaria», afirmó. Y se comprometió en nombre del banco a «atender toda demanda solvente de crédito». Algo difícil de conciliar con la visión del consejero delegado, que pronostica un periodo de sequía en la financiación.
Emilio Botín cree que España ha dado en el último año «pasos importantes» con el fin de recuperar la confianza de los mercados internacionales. Las reformas estructurales emprendidas, dijo, «están logrando mantenernos separados del resto de países periféricos». Ahora hay que acortar distancias y empezar a crecer como los mejores, y para ello consideró esencial completar la reestructuración del sistema financiero.
Las cajas urgen
Instó a avanzar con rapidez en la recapitalización de las cajas y en la salida a Bolsa de algunas de ellas. Para asegurar su rentabilidad, les aconsejó cuidar sus márgenes -esto es, la diferencia entre lo que les cuesta el dinero que prestan y lo que cobran por ello- así como reducir los costes. En otras palabras, no entrar en guerras de precios y continuar su adelgazamiento.
¿Saldrá el Santander nuevamente de compras, si surgen ofertas en el exterior, o se hará con la red de alguna caja de ahorros en dificultades? «Analizaremos con lupa, como siempre, tanto las oportunidades de adquisición como de desinversión», declaró el presidente, que puso las habituales condiciones a una operación de este tipo: encaje en el negocio y aportación de valor.