(1) Diamantes para la eternidad. 90.107 euros. Original de Robert E. McGinnis para la película de James Bond (1971).
Sociedad

Carteles para la eternidad

34.000 euros por un póster de 'Casablanca' y 90.000 por un original de James Bond. No estaban pensados para durar, pero se revalorizan año tras año

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Se crearon como herramienta de promoción, destinada a la basura tras cumplir su misión publicitaria. Pero los carteles de cine se filtraron en el mercado hace treinta años empujados por la fuerza de una buena película, un actor icónico, un diseño gráfico impactante o simplemente la nostalgia por tiempos pasados. Y su cotización se revaloriza año tras año. Un póster de 'Casablanca', el mítico filme de 1942, se ha vendido esta semana en Londres por 34.000 euros, cinco veces por encima del precio fijado por la casa de subastas Christie's. En la misma sesión, un enorme cartel estadounidense de la película de David Lean 'Lawrence de Arabia' cambió de propietario por 21.319 euros. Los expertos solo esperaban recaudar unos 4.000 euros por esta pieza de 1962.

«Es un mercado muy popular y el interés por los carteles de películas de época se mantiene consistente», afirma Stephanie Connel, encargada de la subasta 'Cultura Popular' que la firma londinense Bonhams organizará en su sede de Knightsbridge a final de mes. Connel sitúa la barrera de los carteles más cotizados en la década de los sesenta, porque, según dice, «los coleccionistas buscan recuerdos de las películas que vieron de jóvenes». «Los de los 70 y los 80 aún no han encontrado su posición en el mercado. No se cotizan tanto como trabajos anteriores», explica.

El estado de conservación, el número de ejemplares en circulación, la imagen impresa o la identidad del ilustrador influyen en el precio final de un cartel. De 'Desayuno en Tiffany's' se vendieron cinco versiones diferentes, pero solo el ejemplar estadounidense alcanzó la extraordinaria puja de 14.000 euros. La figura de la carismática Audrey Hepburn está impresa en todos los carteles subastados en Londres, pero el distribuido en EE UU es de un tamaño inusualmente grande, lo cual contribuyó a batir un récord en cuanto a material publicitario de esta adaptación cinematográfica. El póster inglés estaba dañado y se vendió por 4.300 euros; el italiano, con un diseño muy sugerente y formato apaisado, justo superó la estimación de 7.000.

James Bond rara vez defrauda en las subastas y la aparición del trabajo original a mano de 'Diamantes para la eternidad', del ilustrador Robert E. McGinnis, desató las pujas hasta los 90.000 euros, el precio más alto de la sesión de Christie's. En cambio, el ejemplar británico de 'Dr No', el debú de la saga, con Sean Connery de superagente, no encontró comprador debido probablemente a la abundancia de ejemplares de la misma serie que circula en el mercado.

Siete versiones

De acuerdo con la experta de Bonhams, los coleccionistas prefieren carteles del país de origen de una producción, aunque los diseñados por distribuidores extranjeros sean más originales. Este es el caso de 'Blow up', la película de Antonioni rodada en Londres a mediados de los sesenta, de cuyo cartel se reunieron en Christie's siete versiones distintas. Fallaron las ventas de los ejemplares impresos en Japón, EE UU y República Checa, mientras que los italianos se vendieron por encima del millar de euros y el original británico en torno a los 600.

La pujanza del mercado de los recuerdos sobresale también en el mundo del rock and roll. The Beatles siempre lideran las subastas del sector y esta semana John Lennon cosechó 27.000 euros por dejar su dedicatoria en un ejemplar de su álbum 'Double Fantasy', 14.200 euros por una carta que escribió a mano a un fan y 12.000 por una lata de aluminio que dedicó a su hijo Julian. El rey de la velada fue, sin embargo, Pete Townshend, guitarrista de The Who. La Gibson que tocó durante la gira americana de 'Quadrophenia' se vendió en Christie's por 35.469 euros.