La izquierda, lugar donde se produjo el apuñalamiento. A la derecha, captura de una emisión televisiva del condenado por la agresión. :: L. V.
Jerez

Rebajan la pena al joven que apuñaló a su exnovia y la dejó en silla de ruedas

El Tribunal Supremo reduce de 16 a 15 años la condena de prisión al aplicar la atenuante de confesión solicitada en el recurso

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rebajado un año la condena a Manuel Adán Balboa, que propinó 19 puñaladas a su exnovia en Jerez en mayo de 2007 dejándola en silla de ruedas. Así lo ha decidido al tener en cuenta que el acusado confesó el apuñalamiento ante la Guardia Civil poco después de haberlo perpetrado.

Cabe recordar que la Audiencia Provincial de Cádiz le había impuesto 14 años de prisión por tentativa de asesinato, un año y seis meses por amenazas y seis meses y un día por injurias graves. En total, 16 años que ahora el alto tribunal rebaja en un año la pena impuesta por tentativa de asesinato y mantiene las demás, por los delitos de amenazas no condicionales y de injurias graves sin publicidad, por lo que la pena queda en 15 años en total. Eso sí, el Supremo mantiene el resto de los pronunciamientos del fallo condenatorio.

La rebaja de la pena viene determinada por la admisión del recurso presentado por el agresor con respecto a su confesión. Así, el Supremo aplica la atenuante de confesión al considerar probado que el acusado reconoció desde el primer momento el hecho del acuchillamiento de su exnovia y que, además, tras perpetrar la agresión se personó casi de inmediato en las dependencias de la Guardia Civil de Úbeda, donde él residía.

Sin embargo, el Supremo ha rechazado que, como pedía la Fiscalía, se considerase el agravante de ensañamiento, por el elevado número de puñaladas. El tribunal mantiene que para que se considere ensañamiento se requiere «la causación de males objetivamente innecesarios que aumentan el dolor o sufrimiento de la víctima», algo que, según la sentencia, no se aprecia en este caso ya que la joven dejó de oponer resistencia «desde la primera de las incisiones» al perder la consciencia.

Así, considera que el acusado no le ocasionó dolor o sufrimiento a partir de la primera cuchillada y que, si él mismo comprobaba que, tal como dice la sentencia originaria, la víctima dejó de gritar desde el primer acto homicida por haber perdido la consciencia, «no parece fácil que actuara con el ánimo deliberado de aumentar el sufrimiento» de la joven.

Además, el Supremo no ha admitido el recurso del Ministerio Fiscal que apuntaba a que el acusado ejercía una violencia psíquica habitual al entender que las 150 llamadas perdidas en el curso de unas horas o el envío de fotografías a una compañera en las que la joven aparecía desnuda con el objetivo de desprestigiarla -ya penado por injurias graves sin publicidad- son «insuficientes» para atribuirle la mencionada conducta.

El tribunal también ha rechazado otros recursos, entre ellos el de un ciudadano que acudió al lugar de los hechos con el fin de prestar auxilio a la víctima, y que pedía la condena también por amenazas no condicionales, trato inhumano y degradante y coacciones.

El caso

Los dos jóvenes, ella menor de edad -entonces tenía 17 años-, se habían conocido un tiempo antes por internet y tras varios encuentros ésta decidió poner punto y final a la relación, algo que el ahora condenado no se tomó bien.

Meses después, el 31 de mayo de 2007, cuando la víctima se dirigía al instituto, el agresor la esperó en el coche en el que había viajado desde su domicilio en Úbeda hasta Jerez y la apuñaló con un cuchillo de grandes dimensiones que llegó, incluso, a romperse por la fuerza empleada en la agresión. De hecho, la sentencia en cuestión recoge que se lo clavó en 19 ocasiones. Fue, concretamente, en la calle Manuel Rodríguez Manolete, en la conocida barriada jerezana de La Constancia.

Tras el apuñalamiento, el acusado se subió a su automóvil y regresó hasta la localidad de Úbeda, se cambió de ropa y dejó el coche en un olivar. Después se entregó a la Guardia Civil. La víctima se quedó en silla de ruedas, con secuelas permanentes y un 92% de minusvalía reconocida.

El suceso causó entonces una gran conmoción, no solo en La Asunción, sino en toda la ciudad. Tanto es así que llegaron a organizarse concentraciones de protesta, incluida una silenciosa a las puertas del Ayuntamiento de Jerez a la que acudieron varios cientos de personas.