Cientos de jerezanos acompañaron a los rocieros cuando hacían su entrada por la calle Porvera, cerca ya de Santo Domingo. :: JUAN CARLOS CORCHADO
el rocío 2011

Jerez culmina con éxito la romería

El simpecado ya descansa en su altar habitual de la iglesia conventual de Santo Domingo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La romería de 2011 ya es un simple recuerdo, un mero sueño en el corazón de todos los rocieros que haciendo el camino, o no, quisieron acompañar a Jerez en sus jornadas por las arenas en su peregrinación a la Aldea del Rocío. Jerez acogió anoche la llegada de la hermandad a Santo Domingo con el convencimiento de que había sido, posiblemente, la mejor romería de los últimos años, la más tranquila, la más disfrutada por todos los que hace una semana comenzaron a andar para el encuentro con la patrona de Almonte en el lunes de Pentecostés.

Lo hizo Jerez saliendo al encuentro de la hermandad hasta la propia basílica de la Merced, esa que luego está tan lejos en septiembre. Lo hizo Jerez acompañando, pese al intenso calor del mediodía de ayer a los romeros en el rengue del almuerzo en Ventosillas, el mismo lugar donde hizo la corporación el primer almuerzo hace ahora más de una semana. Lo hizo Jerez viajando incluso hasta Sanlúcar para vivir intensamente el último Angelus de la hermandad, el que se celebra en Bajo Guía. Lo hizo Jerez en el Barroso, o en el Sanatorio a última hora de la tarde.

Cualquier ocasión fue propicia para que los romeros se sintieran acompañados por muchos de los que han compartido un rato por las arenas del Coto de Doñana, que para eso sirve esta última tediosa jornada de camino, para encontrarte de nuevo con los tuyos que te reciben con los brazos abiertos. Así respondió Jerez a la llegada del simpecado que bordara Fernando Calderón hace ya un lustro, saliendo al encuentro de una corporación que vivió anoche uno de los momentos más emocionantes de la junta de gobierno que preside Felipe Morenés.

La hermandad llegó temprano gracias a que una vez más se cumplieron escrupulosamente los horarios hasta llegar a la ciudad, donde el reloj se detiene y poco importa que pasen los minutos. Jerez salió a primera hora de la mañana de Marismillas para embarcar en Sanlúcar una hora antes del mediodía, hora que utilizó la hermandad para rezar el Angelus ante el simpecado. De nuevo sin dirección espiritual, fueron los propios hermanos de la hermandad los que rezaron a la Virgen, antes de ponerse en camino rumbo a Ventosillas, donde tuvieron el rengue del almuerzo.

Las últimas horas de camino

La hermandad salió a las cuatro de la tarde con dirección al Barroso en medio de altas temperaturas, que obligaban alas bestias a llevar un ritmo considerable para evitar en la medida de lo posible los atrasos. La corporación descansó en el Barroso, como es tradición, y se exornó de flores durante el almuerzo la carreta del simpecado, que lució claveles en color rosa palo para homenajear a Juan Pablo II tras su beatificación, ya que esas fueron las flores elegidas por la hermandad matriz para engalanar el altar de la Virgen del Rocío cuando Wojtila visitó la Aldea.

Los últimos kilómetros de la peregrinación fueron una fiesta, ya que la hermandad cogió, como es tradición, por el sanatorio San Juan Grande, la Basílica de la Merced, la calle Merced, donde tuvo lugar una petalá de las peñas 'El Viejo Simpecao' y 'La Jarraya', Ancha y Porvera, llegando a la iglesia conventual de Santo Domingo a última hora de la tarde.