ESPAÑA

El PP achaca a la «pasividad» de Rubalcaba la deriva violenta de las protestas callejeras

El vicepresidente se reafirma en que las fuerzas de seguridad combinan «prudencia y firmeza» ante los actos del Movimiento 15M

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PP achacó la deriva radical que han adquirido algunas protestas del Movimiento 15M a la pasividad de Alfredo Pérez Rubalcaba, que ni como ministro del Interior ni como vicepresidente primero del Gobierno se decide a tomar cartas en el asunto y ordenar una actuación contundente de la Policía. El partido opositor achacó esta «pasividad» a la dualidad de ser el candidato del PSOE para 2012 y tener responsabilidades gubernamentales.

Rubalcaba no se dio por enterado del chaparrón de críticas y defendió la estrategia de prudencia combinada con firmeza ante el movimiento de indignados, y garantizó que así va a ser en el futuro.

Mariano Rajoy no quiso cargar las tintas sobre Rubalcaba e hizo una exigencia de responsabilidades innominada por la deriva violenta de ciertos actos del 15M, pero muy fácil de entender. El líder de la oposición recordó ayer al Gobierno que tiene «la obligación» de velar por el orden público y garantizar los derechos de los ciudadanos. Siempre sin mencionar al titular de Interior, comentó que la prudencia es «siempre una buena consejera», una virtud que Rajoy lleva a gala tener, pero no al extremo de convertirla en «pasividad».

El presidente del PP, que hizo estas declaraciones ante de acudir al acto de toma de posesión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dejó el ataque frontal para la portavoz de su partido en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien no dudó en poner nombre y apellidos a la, a su juicio, degeneración del movimiento ciudadano de protesta contra el sistema político. Sáenz de Santamaría llegó a la conclusión de que el candidato socialista ha decidido que «no le conviene» correr el riesgo político que acarrea enviar a las fuerzas de seguridad contra las concentraciones del 15M.

Claro, agregó la dirigente del PP, que cabe también la posibilidad de que no sepa cómo resolver el problema. Es decir, resumió, «o es dejación de funciones o es incapacidad». La portavoz opositora dejó entrever la posibilidad de que su grupo parlamentario solicite la comparecencia de Rubalcaba en el Congreso para que dé explicaciones sobre el comportamiento de las fuerzas de seguridad en las protestas. El vicepresidente y ministro, dijo Sáenz de Santamaría, tiene que aclarar «cómo» está la situación, qué es lo que «no ha hecho y lo que va a hacer».

A las quejas del PP se sumó la diputada de UPyD, Rosa Díez, quien denunció que Rubalcaba ha caído en una «dejación de funciones» que ahora «todos estamos pagando» ante el desbordamiento de las protestas ciudadanas. «Esto no se puede seguir tolerando» porque «en nombre de la libertad se vulneran las libertades de todos», se quejó la parlamentaria. No hubo críticas desde los demás grupos parlamentarios, que responsabilizaron en exclusiva de los incidentes a sus promotores.

El partido opositor y UPyD arremetieron contra el titular de Interior 24 horas después de los serios incidentes registrados en Barcelona durante una protesta ante el Parlamento de Cataluña, en la que varios diputados fueron agredidos. Unos hechos en los que el Ministerio del Interior no podía intervenir porque las competencias de seguridad ciudadana están transferidas a la Generalitat de Cataluña. De hecho, los encargados de controlar la protesta fueron los Mossos d'Esquadra y el consejero de Interior, Felip Puig, dirigió la operación.

Rubalcaba, entretanto, optó por hacer oídos sordos y tras inaugurar una comisaría en Mérida señaló que mantendría la combinación de prudencia y firmeza para hacer frente a las protestas del 15M. Firmeza, dijo, con quien «tiene comportamientos violentos», y recordó en este sentido que la Policía ha intervenido cuando ha hecho falta. En Madrid, en la manifestación del 15 de mayo pasado que dio nombre al movimiento de protesta ciudadana, fueron detenidas 18 personas en los incidentes posteriores a la marcha, y en Valencia hubo asimismo cinco arrestados en la concentración de la semana pasada ante las Cortes autonómicas.

Cuestión de inteligencia

Las fuerzas de seguridad, prosiguió Rubalcaba, actúan en cambio con prudencia con quien «tiene comportamientos pacíficos». Así ocurrió en la acampada en la Puerta del Sol en vísperas de las elecciones del 22 de mayo, en la que, pese a la circular de la Junta Electoral que desautorizó los actos políticos y concentraciones en la jornada de reflexión y el día de las votaciones, la Policía no disolvió a los indignados. Como tampoco lo hizo ayer en la nueva protesta ante la cámara legislativa valenciana. Es cuestión de «inteligencia», resumió el ministro del Interior.

Rubalcaba aseguró que esa estrategia no va a variar por más críticas que haga el PP a su gestión como responsable de las fuerzas de seguridad. Si el partido opositor quiere «desgastar» al ministro del Interior es «su problema», pero no es, dijo, ninguna novedad porque sea cual sea «la mala noticia del día» para el PP «la responsabilidad es del señor Rubalcaba». Pero la responsabilidad del ministro del Interior, remató, «desde que se levanta hasta que se acuesta» es «la seguridad de los españoles» y para garantizarla hay que combinar represión y flexibilidad.