Economia

Los problemas de Grecia golpean a la deuda española

La incertidumbre dispara la prima de riesgo y obliga al Tesoro a pagar un rendimiento mayor por sus títulos

MADRID. Actualizado: Guardar
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La economía española se contagió ayer de los problemas de Grecia, que espera sumida en el caos a que los socios del euro superen sus diferencias y alcancen un acuerdo que le permita seguir afrontando sus compromisos financieros. A la espera de ese consenso, el virus de la incertidumbre que mantiene en vilo a los inversores infectó de forma momentánea a España, cuya prima de riesgo se disparó y marcó su máximo anual en un día en que su deuda pública volvía a examinarse ante los mercados.

La presión sobre la deuda pública, que también notaron otros países de la periferia del euro como Portugal, Irlanda e Italia, disparó el diferencial entre el rendimiento del bono español y el alemán a diez años, que llegó a alcanzar los 283 puntos básicos a mediodía, con un interés del 5,6583%, superior al 5,5% que marcaba en la apertura de la sesión. Cotas muy altas, que recordaban las del 30 de noviembre de 2010, cuando Europa estaba inmersa en la negociación del rescate a Irlanda. Mientras, volvían los temores a la bolsa de Madrid al caer el Ibex 35 un 1% que dejaba este indicador a punto de perder la referencia de los 9.800 puntos básicos.

Demasiados sustos para un día en que el Tesoro Público volvía a los mercados en busca de financiación. El Estado consiguió aprobar sin nota al colocar 2.839,5 millones de euros en obligaciones, pues tuvo que resignarse a quedarse en la parte baja del objetivo de emisión, fijado en una horquilla de entre 2.500 y 3.500 millones, y a elevar la rentabilidad de los títulos. La demanda fue alta, superó los 6.700 millones de euros, más del doble de la cuantía finalmente adjudicada, pero el organismo dependiente del Ministerio de Economía decidió suspender la operación una vez superado el objetivo mínimo ante la escalada de la prima de riesgo.

La subasta se saldó con la colocación de 1.513,15 millones en obligaciones a 15 años, menos de la mitad de los 3.885,15 millones que demandaba el mercado. El Tesoro tuvo que subir el interés hasta el 6,043%, tres décimas por encima del 5,695% que comprometió en la anterior operación similar, celebrada en mayo, cuando también se vio forzado a incrementar los tipos. Por otro lado, adjudicó 1.326,35 millones en una subasta adicional de obligaciones con vencimiento a 30 de julio de 2019. En este caso la demanda fue de 2.828,35 millones y el interés del 5,371%.

Relajamiento

El acoso a la deuda española se relajó una vez acabada la emisión y la prima de riesgo volvió al entorno de los 275 puntos básicos. Paralelamente, la calma regresaba a la bolsa, que empezaba a recobrar el aliento ayudada por las buenas noticias que llegaban del otro lado del Atlántico. El buen ambiente que se respiraba en el parqué de Nueva York, impulsado por los resultados positivos de varios indicadores como la construcción de viviendas, el paro y el déficit comercial, animaron al Ibex-35, que por la tarde volvió a trepar por encima de la cota psicológica de los 9.900 puntos y cerró la sesión en 9.918, con una bajada diaria del 0,15%.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, atribuyó el vértigo vivido en los mercados por la mañana al agravamiento de la crisis griega y explicó que la inestabilidad que sacude a la deuda española es «casi general». No obstante, reconoció que las turbulencias tienen especial incidencia en España, Bélgica e Italia.

Salgado explicó, en declaraciones a la Cadena Ser, que España está ahora inmersa en un proceso de reformas y de consolidación fiscal -que debe concluir en 2013 con la reducción del déficit público hasta el 3% del PIB que marca el pacto europeo de estabilidad- y que en ese contexto hay «mucha sensibilidad» entre los mercados, que miran con lupa al país. De ahí los sobresaltos asociados a fenómenos como los problemas que padece Grecia. Aún así, la ministra resaltó que las últimas colocaciones de títulos soberanos «han ido bien», por lo que «los mercados siguen teniendo confianza en nosotros».