La Policía blinda el Parlament para evitar la acampada de los 'indignados'
BARCELONA. Actualizado: GuardarComo un búnker. La Policía catalana cerró ayer todos los accesos del parque de la Ciudadela, en el centro de Barcelona, para evitar que los 'indignados' acamparan frente al Parlament catalán.
Una vez levantado el campamento que el movimiento del 15M había instalado en la plaza de Cataluña, los indignados de Barcelona anunciaron que su próxima protesta iban a realizarla hoy, frente a la sede de la Cámara autonómica, como repulsa a los recortes que incluyen los presupuestos de la Generalitat. Pero una acción preventiva les impedirá que puedan ejecutar la movilización prevista: manifestarse cuando los diputados accediesen a la Cámara. Incluso se especulaba con que querían imposibilitar el paso de los parlamentarios, a los que pidieron que se ausentasen del debate como muestra de apoyo.
Desde media tarde de ayer y hasta mañana está previsto que solo se podrá acceder al parque, uno de los más visitados de la ciudad, si se lleva una autorización. Los agentes de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra cerraron las entradas y la zona quedó blindada con vallas y agentes. Los miles de turistas que paseaban por la zona fueron desalojados «por motivos de seguridad». Al cierre de esta edición, unos 200 indignados que acudieron desde los barrios a montar la acampada y «tomar» el Parlament protestaban en la calle que da al parque. Los insultos a la Policía, los cortes del tráfico en varias calles y los gritos de «Puig dimisión» iban en aumento.
Por su parte, los partidos catalanes exigieron a los 'indignados' de Barcelona que no obstruyan hoy el acceso de los diputados al Parlamento, tras recordar que solo se tuvo que cerrar la Cámara en los 'Hechos de Octubre' de 1934 y durante la época franquista.
El portavoz parlamentario de CiU, Jordi Turull, apeló al civismo de los manifestantes, y les recordó que el Parlamento catalán es el símbolo de la recuperación de las libertades políticas de Cataluña. En las filas socialistas, su portavoz adjunta, Laia Bonet, pidió a los 'indignados' que no confundan la necesidad de mejorar la democracia con cerrar las puertas del Parlament.