El arte entra por la nariz
El perfumista Ernesto Ventós relaciona obras de Tapiès, Chillida, Dalí, o Badiola, entre otros, con los olores más sorprendentes Una muestra del Centro Arts Santa Mónica juega con el olfato
BARCELONA. Actualizado: Guardar¿A qué huele una obra de Chillida? Todo depende de las sensaciones, abstracciones y los recuerdos que evoque esa creación artística. Para el perfumista Ernesto Ventós, el 'Collage negro', del genial artista guipuzcoano, tiene un aroma tostado, mezcla de avellana, café, caramelo y cacao. ¿Y un Tapies? El cuadro 'Signos sobre naranja' exhala, según él, fragancias de cítricos, como el limón, la mandarina, el pomelo o la bergamota. La escultura 'Lo Spiedino' de Barceló, mientras, desprende para Ventós un aroma menos agradable: naturaleza muerta que apesta a vida, como el humo, los ahumados o el alquitrán de madera.
El centro cultural Arts Santa Mónica de Barcelona acoge estas tres obras en la primera exposición que relaciona el arte con el olfato. La creación entra de forma simultánea por la vista y por la nariz a través de 88 creaciones seleccionadas por criterios olfativos. Todas ellas (obras de Brossa, Mapplethorpe, Fontcuberta, Badiola, Christo, Jaume Plensa, Perejaume, Salvador Dalí o los citados Chillida, Tàpies o Barceló, entre otros) forman parte de la colección privada de Ernesto Ventós y se exponen de una forma novedosa, ya que a cada obra le acompañan un par de frasquitos que contienen las esencias que cada una le transmite a Ventós.
Perfumista de profesión y coleccionista de arte, Ventós protagoniza la obra que abre la exposición. Se trata de una versión que Eugenio Merino hace de la célebre 'Mierda de artista', de Piero Manzoni, en la que aparece un excremento dentro de una lata de conservas. Fragancia provocativa para un juego conceptual con el espectador.
Experiencia del visitante
«Con la exposición, hemos querido que el espectador pueda experimentar el olor que para el coleccionista tiene esa obra», afirma Vicenç Altaió, director del centro Arts Santa Mónica. «Es una colección hecha a partir de la percepción y construcción de la realidad: Ventós, ante nuestra ignorancia, percibe olores en las obras. Todavía necesitamos aprender a mirar», añade Altaió. «Cuando un perfumista escribe una fórmula, ésta no se basa sólo en una sensación, sino en el recuerdo de sensaciones, en abstracciones; cuando un artista crea su obra hace lo mismo y en este caso su fórmula son los colores de su paleta», señala Cristina Agapito, conservadora de la colección, que puede verse hasta el 25 de septiembre en el centro de arte situado en las Ramblas de Barcelona.
«Los humanos hemos dejado bastante de lado el sentido del olfato, recurriendo más a la vista y al oído. Debido a ello nos perdemos la gran riqueza de olores que ofrece la naturaleza», según afirma Xavier Duran, químico y periodista científico. Y es que, tal y como concluye Ventós, «los olores son algo más que una manera de percibir o entender el mundo. Son un modo de entender y de relacionarse con el mundo, de aproximarse al mundo, como sucede con cualesquiera de las artes tradicionales». Además remata que «el ámbito de los olores es el de la sutileza y el de los detalles, el de la singularidad y el de la ilimitada opulencia».