Recogida de basura acumulada tras una anterior convocatoria. :: J. F.
Jerez

El plan de choque de limpieza contribuye a frenar la huelga

El aplazamiento del paro de la plantilla de Urbaser, que iba a comenzar hoy, evidencia la confianza de los trabajadores en el anuncio de García-Pelayo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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«Una ciudad limpia es una ciudad más vendible, más bonita y con más capacidad de crear puestos de trabajo». La frase, un calco de la puesta de relieve por la nueva alcaldesa cuando tomaba posesión del cargo el pasado sábado, es de Juan Manuel Cazalla, presidente del comité de empresa de Urbaser. El anuncio del aplazamiento de la huelga de recogida de basura convocada para hoy llega de la mano de la comprensión de la plantilla para con quien acaba de aterrizar y aún no ha tenido tiempo de hacer mucho por resolver este conflicto laboral desde el Consistorio.

No está exento el gesto, además, de un esperanza alumbrada en esa misma frase utilizada en contactos previos por María José García-Pelayo al anunciar su plan de choque para la limpieza de la ciudad. Por ello, Cazalla no duda en afirmar que «tenemos que confiar en la nueva gestión en el Ayuntamiento». «Uno de los puntos estrella que lleva el PP en su programa electoral, y los contactos que hemos tenido con ellos lo han confirmado, es la limpieza de Jerez», añade esperando respuestas: «Confiamos en ella, que ella también ponga su grano de arena y se arregle el conflicto».

La predisposición de Urbaser a la negociación es, sin embargo, el verdadero caballo de batalla. Y aunque la claridad del mensaje municipal agrada, nada se podrá hacer el próximo 21 de junio, fecha elegida para celebrar la huelga ahora aplazada, si la empresa no confirma en torno a una mesa su predisposición. Los trabajadores esperan que se respeten los derechos consolidados en anteriores convenios colectivos ante las ganas de recortes. «Durante 16 años hemos conseguido cosas que nos merecemos porque nuestro trabajo es físico, lo realizamos en la calle y nos genera muchos problemas de salud», dice Cazalla.

«La empresa siempre ha querido rebajarnos el convenio en materia de licencia de bajas, pero nosotros ahí no vamos a entrar porque podemos tener un problema por nuestro trabajo en la calle, rodeados de suciedad y productos tóxicos y tenemos una gran probabilidad de ponernos malos», indica asegurando que «no podemos consentir es que, cuando estemos de baja, la empresa nos reduzca el sueldo».

Otro elemento puesto sobre la mesa es el de la plantilla: la llegada de nueva maquinaria de recogida que solo requiere la presencia del conductor pone en riesgo los puestos de trabajo de los peones. «Habría que destinarlos a otras labores de limpieza», dice el presidente del comité de empresa, «y nosotros estamos dispuestos a que los técnicos del Ayuntamiento valoren la situación, y a raíz de ahí que pongan la cantidad que falte». A vueltas con un plan de choque que se convierte en la esperanza de la plantilla.