DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

TIEMPOS REVUELTOSUNA DE INVESTIDURAS

Muy bien Antonio Saldaña en su discurso y mejor de lo esperado el de Pacheco La Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados

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La constitución de una corporación local es siempre un momento con grandes dosis de expectación por lo que está por venir. Ayer pude vivir en vivo y en directo la investidura de María José García Pelayo como alcaldesa de Jerez, y, pese a los tiempos difíciles en los que estamos instalados, tiempos marcados entre otras cosas por una tremenda y muchas veces justificada desconfianza hacia la clase política, observé comportamientos muy positivos por parte de todos los grupos representados en el Ayuntamiento jerezano -PP, PSOE, Foro Ciudadano e IU- y pude respirar nuevamente ese clima que mezcla nervios, ilusión, vigilancia, colaboración, ganas de futuro o conformismo, dependiendo de los bancos a los que se mire. Era como si el Ayuntamiento fuera a estrenar zapatos nuevos. Muchos están deseando mostrar lo relucientes que lucen y convencernos a todos de que van a ser muy cómodos y nos van a dar muchas satisfacciones en el camino que se presenta. Otros están convencidos de que con esos zapatos no se va a ningún lado, y, además, nos van a provocar ampollas y es fácil tropezar con ellos porque no están hechos del material adecuado. Y otros pocos parecen esconderse tras una esquina para, en el momento más inesperado, dar un salto y plantar un pisotón que ennegrezca el todavía brillante calzado. Me gustaron algunos de los discursos que se escucharon entre las gruesas paredes de piedra del Cabildo Antiguo. Muy bien, Antonio Saldaña, quien, por cierto, se estrenaba como edil. Tiene buenas maneras el nuevo delegado de Urbanismo y tiene la virtud de hacer creíble lo que dice. «Para ser un buen gobernante hay que ser buena persona», me quedo con esa frase y con su reflexión sobre la ciudad que deben dejar cuando abandonen el Ayuntamiento los que hoy comienzan su andadura como concejales. Pacheco estuvo mejor de lo que esperaba, aunque con demasiadas y muy duras críticas al gobierno saliente de Pilar Sánchez. Justificadas o no quizá era el momento de mirar más hacia delante que hacia atrás. El exalcalde, no obstante, estuvo generoso en recomendaciones a la nueva regidora, se mostró afable y colaborador con los nuevos gobernantes, les ofreció su experiencia, y le pidió a García Pelayo: «Trabaje duro y no quiera reinventar Jerez». Por el PSOE ejerció de portavoz Francisco Lebrero. Correcto. Mantuvo el tipo tras el extraordinario castigo infringido por los jerezanos a la candidatura socialista. Y el portavoz de IU, Joaquín del Valle, cumplió el guión y dio una de cal y otra de arena. Por un lado dijo que no espera del PP nada distinto a lo que ha hecho el PSOE, y por otro aseguró que practicarán una oposición leal y que tiende la mano al PP. La alcaldesa tomó la palabra en último lugar. Su discurso, bien medido, no se olvidó de los principales problemas que padece en estos momentos la ciudad. Los trabajadores del Ayuntamiento, los de Urbaser, los agricultores, los parados, el transporte público, la situación económica del Consistorio...María José García Pelayo tocó todos los palos, anunció una auditoria para aclarar la situación de las arcas municipales y confirmó que mañana lunes se reunirá con los líderes de todos los grupos de la oposición. La regidora jerezana señaló que «gobernará para todos» y agradeció los mensajes de colaboración del resto de los partidos políticos de la Corporación. Si uno no fuese ya veterano en estas lides parecería, por lo dicho por unos y otros, que van a ser cuatro años de color de rosas. Todos sabemos que no. Que todavía vienen tiempos difíciles para esta ciudad. Esperemos que todos, gobierno y oposición, estén a la altura de los discursos de ayer y nos saquen definitivamente del atolladero. Suerte.