DOCTOR IURIS

El bastón y la careta

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Cuando mañana lean esto, yo tampoco seré alcalde de mi pueblo. Cierto es, por otro lado, que no soy cabeza de ninguna lista, no tenía programa electoral, ni credibilidad en las encuestas, pero eso es lo de menos porque lo mismo le ocurre a casi todos los demás alcaldables. Los concejales no me darán apoyo en la elección consistorial y tendré que seguir con mi triste vida, oponiéndome a todo lo que no se me ocurra a mí, y sin la mísera aportación que dan los presupuestos generales a los concejales de la lista no gobernante. El revolcón en las urnas ha hecho mucha pupita en alcaldías y diputaciones provinciales. El agua caliente electoral ha levantado la cal y la caspa de muchos asientos a los que permanecían sellados con superglú los honorabilísimos traseros de unos muy importantes señores que, en muchos casos, serían perfectos donantes de riñones, al tenerlos como nuevos, de no doblarlos.

Nadie se ha dado cuenta de la reactivación del mercado y la industria desde el 22 de mayo para acá. Las ventas de las máquinas destructoras de papel han subido desorbitadamente. Y los bloques de folios y las bolsas de bolis-bic. No han dejado ni un papel sucio ni un bolígrafo de capuchón mordisqueado que estorbe en las mesas municipales. Las oficinas de urbanismo se han desbordado de limpiadoras y sus ocupantes han redoblado esfuerzos para evitar que los que lleguen se encuentren aquello desordenado. Hay que ser buen amo de casa y que no te tilden de puerco los que te suceden. Tú el pronto, yo el paño, ya saben.

Mientras tanto, un germen de rebeldía social proveniente -hasta que no se demuestre lo contrario- de la franja ácrata, atea y antalgínica de la juventud española ha buscado interferir en el proceso democrático y pasar a la historia. Los indignados del 15-M se están ya poniendo un poco pesaditos y, como un mal humorista, no aciertan a elegir cuándo terminar su actuación. Se desconoce si se organizarán en un nuevo partido político o en una asociación librepensante que luche contra la corrupción en las instituciones y eso es lo preocupante: ¿De dónde ha surgido este movimiento? ¿Cuál es su fin?

Luego están los compañeros de la careta de 'V de Vendetta' (a ocho euros la unidad, Alan Moore se está forrando con los derechos de venta), o sea, 'Anonymous'. Precisamente el viernes detuvieron a la 'cúpula' de la organización: tres caballeros de apenas treinta años que jugaban al 'hacktivismo' en Almería, Arenys y Alicante. De risa la detención y la supuesta peligrosidad de los piratas informáticos, que la ONU pone al nivel de Al-Quaeda.

Y el resto, los que fuimos a votar y los que no, atentos a la Operación Kampanario. Sin careta, ni bastón, ni perro-flauta que nos ladre.