Los manifestantes decidieron sentarse ante las puertas del Consistorio al final del pleno. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Teófila da esquinazo a los 'indignados'

El pleno de investidura estuvo marcado por la presencia de familiares dentro del Consistorio y la de miembros de la plataforma 15M fuera Más de un centenar de personas abroncan a los concejales a su salida de la Casa Consistorial

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Calor, mucha calor hizo ayer durante la toma de posesión de la nueva Corporación municipal, tanto dentro como fuera del Ayuntamiento. Más que en ningún sitio en el salón de plenos, donde los abanicos no paraban de moverse a un lado y a otro. El ambiente se fue caldeando a medida que pasaban los minutos. Algunos ni siquiera aguantaron el acto entero en sus sillas, y eso que casi todos los que habían conseguido una credencial eran familiares de los concejales electos. La culpa la tuvieron unos discursos largos, muy largos, tanto el de Teófila Martínez como el de Marta Meléndez. Todo lo contrario que el de Terrada, que se saltó el guión y decidió unirse a los indignados en San Juan de Dios junto con sus compañeros de partido.

También entre el público se notó la mayoría del PP. En primera fila los concejales que no repiten, detrás de ellos, con sus mejores galas y sus más cuidados peinados, los familiares de los concejales. Muchos aplausos cuando los ediles populares juraron su cargo, algo menos, pero también abundantes, cuando los prometieron los del PSOE, y cuando le tocó el turno a los de IU sus compañeros de partido se colocaban al final del salón para aplaudir fuerte, que nadie diga que Terrada, Marzán y Vivas no tuvieron tantos aplausos como el resto.

Pero si hubo 27 protagonistas en el salón de plenos, hubo muchos más fuera, y es que este pleno de investidura se podrá recordar como el de los 'indignados'.

Desde las once de la mañana había algunas pancartas tras la valla que la Policía había colocado en la plaza de San Juan de Dios. Con el paso de los minutos fue uniéndose más gente, tanto de la plataforma del 15M como espontáneos de todas las edades que pasaban y se quedaban. Durante las más de dos horas que duró el pleno de investidura no pararon en ningún momento de cantar, gritar, bailar y hacer ruido con cacerolas y todo tipo de instrumentos. Alrededor de las doce de la mañana ya ocupaban media plaza -entre los propios convocados se había corrido la voz de que el acto comenzaba a esa hora-, y allí, echándose agua por encima unos a otros, esperaron a que los concejales abandonaran la casa consistorial, y no precisamente para darles la enhorabuena.

Los 'indignados' entonaron algunos de sus cánticos y gritos habituales. Pero no fueron sus voces las únicas que se hicieron oír. También estuvieron protestando el colectivo de vecinos del Cerro del Moro y las limpiadoras de las dependencias municipales.

Los gritos se hicieron más fuertes cuando Teófila Martínez comenzó su discurso de investidura, también fueron fuertes, aunque para celebrar las nuevas incorporaciones, en el momento en que los tres concejales de Izquierda Unida salían del Ayuntamiento a mitad del acto para apoyar su causa, pero en ningún momento se les escuchó tanto como cuando empezaron a salir las primeras personas del Ayuntamiento.

Los gritos de «¡fuera, fuera!» acompañaron a la salida de cada una de las autoridades, pero también a la de los familiares que habían estado presenciando el acto -tanto en el salón de plenos como en las sillas colocadas en el pasillo frente a una gran pantalla de televisión para poder seguirlo- e incluso a la de los funcionarios que habían estado echando horas extra en la mañana de ayer. Entre tanta gente era complicado diferenciar entre unos y otros. La mayoría aguantó el chaparrón, pero también hubo quien se atrevió a saludar a los manifestantes e incluso a enfrentarse a ellos directamente alzando el dedo corazón.

Presencias y ausencias

Bronca por igual para PP y PSOE, aunque los concejales de este último partido no tuvieron problema en pararse a pocos metros de la puerta para abrazarse efusivamente con algunos compañeros de agrupación, curiosamente los excríticos con la gestión del secretario local, como Blanca Flores y José Berasaluce. Una presencia llamativa, casi más que la ausencia de los cuatros ediles socialistas que no repiten.

Todos esperaban a Teófila, pero la alcaldesa prefirió evitarse el disgusto y salió por una puerta lateral del Ayuntamiento, lo que indignó aún más a los iracundos indignados que terminaron volviéndose al Palillero.