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Condenan al dueño de una pajarería chiclanera por vender monos salvajes

Importó ilegalmente 15 chimpancés de la raza gibraltareña desde Marruecos y los hizo pasar por macacos enanos legales

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Se vendían supuestamente como una mascota original, propia de un pirata. Nada de perros, ni gatos, ni conejos, ni siquiera hurones: macacos enanos, de los que no crecen, que se ofrecían en la pajarería 'Centre de Mascotas' de Chiclana. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: se trataban en realidad de ejemplares de 'macaco sylvanus', es decir, los famosos monos de Gibraltar. Sin embargo, estos procedían del otro lado de El Estrecho, desde Marruecos.

Manuel Reyes Baizán, el dueño de la pajarería chiclanera, los había traído en dos viajes que realizó al país vecino entre finales de 2006 y agosto de 2007, junto a un amigo (Jacinto P. M.). Sin embargo, la importación era ilegal, no solo porque no contaban con los papeles y autorizaciones que se requieren, sino que la Unión Europea prohíbe directamente la introducción de esta especie en suelo europeo. Además, llegó a vender al menos dos de ellos como si fueran de una especie legal, para lo cual llegó a falsificar fichas sanitarias.

Manuel Reyes ha sido condenado ahora por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cádiz por un delito contra la fauna, otro por estafa y un tercero por falsificación de certificado. La sentencia es firme, pues el acusado se ha conformado con ella después de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, que ha reducido notablemente la pena de prisión solicitada para él: antes del pacto, el fiscal pedía seis años y medio de cárcel. Finalmente se le ha condenado a una multa de 1.980 euros por dos de los delitos, y a un solo un año y medio de prisión por la estafa, aunque podrá evitar la cárcel con el pago de otros 6.480 euros.

En el juicio se sentaban también en el banquillo María del Carmen García Mateos (esposa de Manuel) y María del Rosario Romero Sánchez (una de las dependientas en la pajarería) acusadas del delito de estafa, por el que han sido condenadas a un año y medio de prisión y al pago de una multa de 1.080 euros. Solo uno de los acusados -el amigo de Manuel- no ha llegado a ser sentenciado, ni siquiera juzgado, pues se encuentra en busca y captura.

Según el tribunal, los acusados llegaron a vender tres monos a tres particulares y cuando estos solicitaron la documentación de los animales, les entregaron cartillas sanitarias falsas. A uno de ellos, incluso, se le sugirió que indicara que había comprado un perro, para evitar líos, pero el cliente se negó. A todos dijeron que aquellos animales eran 'macacos enanos', pero el engaño duró poco. Uno de los dueños lo descubrió en cuanto lo llevó al veterinario, que le explicó que aquel monito crecería bastante y podría ser, incluso, violento. Tanto como los famosos que rondan la Roca de Gibraltar como disfrute de los turistas.