El cantante que invitó a 'Bailar pegados' no defraudó en su concierto del Villamarta | ESTEBAN
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El Sergio Dalma más romántico deslumbra a la italiana en Jerez

Un abarrotado Teatro Villamarta se entregó al cantante nada más salir a escena. El artista deleitó a sus fans durante dos horas con sus últimos temas y otros muy conocidos de su amplio repertorio

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Con pantalón claro, chaqueta negra y un pañuelo al cuello del que se deshizo al poco tiempo. Si Sergio Dalma hubiera aparecido en chándal la reacción hubiera sido la misma: gritos desgañitados de guapo y aplausos enfervorecidos de sus fans de Jerez. Ante un público mayoritariamente femenino entre el que dormitaba algún novio o marido acompañante –también los había igual de entregados a la música que sus parejas–, el cantante desgranó los temas de su disco más reciente, ‘Vía Dalma’, con el coro de fondo de sus seguidores.

El de anoche fue el último concierto de la gira de invierno del cantante y se notó que tanto él como la banda disfrutaron de la actuación. Un gran despliegue de luces y un montaje audiovisual que se dejaba notar en el escenario pero que no acaparaba en exceso la atención (algo que es de agradecer) fueron el eje del espectáculo. No estaba planteado como un concierto tradicional sino que tenía cierto hilo argumental a modo de película antigua y una ambientación propia para lo que venía a continuación: dos horas de recital en el que Dalma estuvo permanentemente conectado con el público.

La reacción no se hizo esperar y la equivalencia era clara: a un movimiento sensual del cantante correspondieron más gritos en el patio de butacas. El resultado fue que en el segundo tema ya había gente de pie y en la quinta canción salieron a relucir las palmas por bulerías. «Este proyecto ha sido una vuelta a la infancia, a las canciones que escuché gracias a la generación de mis padres», dijo Dalma entre los gritos que levantara la vista para mirar al anfiteatro.

‘Soy italiano’, ‘Bella sin alma’, ‘Yo caminaré’, o ‘Corazón gitano’ fueron algunos de los temas que interpretó en su sentido homenaje a la canción italiana. Cuando el cantante descendió los escalones que separan el escenario del público, se desató la locura: besos a diestro y siniestro y manos que intentaban tocar la chaqueta del cantante hasta que consiguió volver a su lugar. «Cerrar la gira en el Teatro Villamarta es precioso y quiero haceros partícipes de este sueño», invitó Dalma a unos fans a punto del delirio.