ESPAÑA

El descrédito de los partidos y sus dirigentes bate marcas históricas

El último sondeo del CIS constata que cerca de la tercera parte de los ciudadanos cree que son uno de los grandes problemas del país

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

. El descrédito de los políticos y sus organizaciones bate marcas históricas, según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El barómetro, realizado entre el 3 y el 11 de mayo, al inicio de la pasada campaña electoral, revela que más de una cuarta parte de los españoles, el 27,5%, cita a los políticos, a los partidos o al Gobierno cuando se pregunta por los tres principales problemas que tiene el país.

Solo el paro y la economía preocupan más que las fuerzas políticas y sus dirigentes, que viven sus horas más bajas de popularidad, incluso peores que a mediados de los noventa, en pleno enfrentamiento descarnado entre José María Aznar y Felipe González, con el telón de fondo de los GAL y las continuas denuncias de corrupción en los aledaños del Gobierno socialista.

La encuesta, cuyo trabajo de campo concluyó cuatro días antes de que eclosionara el Movimiento 15-M, revela que algo más del 22,1% de la población considera que la «clase política» es un problema de los mayores del país, a lo que hay que sumar otro 5,4% que cita espontáneamente «el gobierno, los políticos y los partidos políticos». Y la cosa no va a mejor; en tan solo un mes, la percepción de los ciudadanos sobre los gestores públicos y legisladores empeoró en seis décimas, antes incluso de la irrupción del fenómeno de los 'indignados'.

Para encontrar un enfado tan marcado de los ciudadanos con los representantes públicos, que llevan ya 15 meses en el 'top' de los quebraderos de cabeza nacionales, hay que desempolvar los estudios sociológicos del CIS de septiembre de 1995, cuando algo más del 20% de los encuestados consideraba a los políticos y los partidos uno de los mayores males que aquejaban el país. Eran los años de la gran crispación.

También crece hasta cifras desconocidas la percepción de los políticos como un problema que «afecta personalmente» a cada uno de los encuestados, algo hasta ahora inaudito. Un 8,4% de los sondeados por el CIS ve a los servidores públicos como una contrariedad para su vida diaria.

Los políticos y su 27,5%, a la vista de las respuestas de los 2.482 entrevistados, inquietan mucho más que otras cuestiones como la inmigración, que es la cuarta preocupación, con el 11,2%, o el terrorismo y ETA, con un 9%. El terrorismo, a pesar del alto el fuego y en pleno debate sobre la legalización de Bildu, subió cerca de 3,5% en tan solo cuatro días. El resto de problemas están a mucha distancia de los políticos, seguridad ciudadana, 7,9%, educación, 5,6%, corrupción, 5%, o sanidad, 4,1%.

Solo uno de cada veinte españoles considera además que la situación política es buena o muy buena, frente al 66,8% que la ve como mala o muy mala. Casi la mitad, el 45,8%, cree que dentro de un año nada cambiará, y uno de cada tres dice que el panorama político será peor incluso.

La preocupación que causan los políticos solo es superada por la inquietud que causa la crisis. Y, sobre todo, el desempleo. Ocho de cada diez piensa que la coyuntura económica es mala o muy mala. El paro, como viene siendo habitual desde hace más de cinco años, es el mayor desafío de España para dos de cada tres ciudadanos y uno de los tres mayores problemas para el 84% de los encuestados. Para llegar a estos niveles de preocupación por el desempleo hay que remontarse a 1997. Además, casi la mitad de las personas, un 46%, cita de manera espontáneamente la «situación económica» cuando le cuestionan sobre los problemas más importantes del país.

Miedos personales

En esta oleada, el CIS también ha preguntado sobre los temores personales de los españoles. Y ahí, aunque el abanico de miedos' es amplios, los encuestados vuelven sobre la crisis. El 78,6% de la población ve muy o bastante probable quedarse sin empleo o que un familiar directo vaya a engrosar las filas del paro. Como segundo riesgo aparece el de quedarse sin el dinero necesario para atender sus necesidades básicas y las de su familia. Casi la mitad de los españoles, 47,1%, teme no poder afrontar esos gastos. Es más, el tercer miedo de los ciudadanos también tiene que ver con la economía, cuatro de cada diez considera muy o bastante probable perder todos sus bienes o sus ahorros.